66. Domingo

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66. Domingo

Stiles

Como castigo, por haber llegado a ciertas horas de la madrugada el día de hoy, a Charlotte se le ocurrió la grandiosa idea que las chicas y yo la acompañemos a una reunión donde asistirán, por supuesto, sus peculiares amigas. De hecho me sorprendió que esa señora nos revelara que tiene amigas, de su boca es increíble, ¿quién rayos querría ser amiga de un monstruo?
Luego recordé que la madre de Nathan es amiga de esa bruja y para mí aún es insensato.

En fin... Las chicas y yo iremos en la camioneta de Nastya porque esa fue la condición que acotó la pelinegra. Nastya no está convencida de esto, por su lado Katia desborda felicidad por doquier por conocer nuevos lugares y claramente: personas, yo, pues tengo curiosidad sobre de qué se trata la reunión.

—Recuérdenme qué pasó anoche. —cuestiona Nastya despistada con la mano puesta en la llave de su carro a punto de encenderlo. Mi entrecejo se frunce internamente. ¿Acaso no lo recuerda o se está haciendo la loca? Me vuelvo en el puesto para reparar a Katia en la parte trasera, en su semblante no hay ni un atisbo de culpa o sorpresa.

—No recuerdo. —pronuncia la rubia frunciendo ligeramente el ceño—. Creo que esta vez nos pasamos. —se queda en silencio y parece analizar algo—. ¿No deberíamos invitar a Jamie a venir con nosotras? —Nastya se pone en marcha hacia nuestro destino.

Mi rostro hace una mueca de reprobación inconscientemente una vez que me vuelvo hacia el frente.

''¿Estás loca? ¿Acaso quieres que Mckenzie te asesine?''

—No lo creo, a Charlotte no le agradaría. —sentencia Nastya.

Me quedo en silencio y me sumo en mis pensamientos. Si estos dos seres humanos no recuerdan nada de anoche me pregunto si Nathan lo hará. Mis ojos se entrecierran mirando a la nada y pensando en todo, yo he de suponer que mi mejor amigo sí recuerda todo con lujo de detalles ya que no ha tratado de comunicarse conmigo.

Casi media hora después llegamos a nuestro destino gracias al GPS, hay muchos autos y camionetas grandes estacionadas fuera del edificio, te la impresión de que sus dueños son personas con mucho, pero mucho dinero. Nunca había ido a un evento como este en mi vida. Nastya decide estacionarse en el sótano y finalmente nos dirigimos en busca de los señores Knyazev, admito que no esperaba encontrarme a Adam en este lugar, pero por lo que nos dio a entender Charlotte; esta reunión o lo que sea que fuese es muy importante.

—¿Qué rayos se supone que sucede en este lugar? —inquiero escudriñando el salón con grandes doseles blancos colgando en los ventanales de unos cinco metros de altura, las personas que vienen a este lugar lucen realmente elegantes, todos pasamos debajo de un umbral en forma de medio arco, es fascinante todo aquí, las baldosas combinan a la perfección con todo el lugar.

—Parece ser una exposición. —musita la pelinegra en voz baja acomodándose el vestido en lugares estratégicos, con sus llamativos ojos escudriña cada centímetro de la arquitectura, me parece que también juzga a las personas aglomeradas delante de nosotros.

Hago una mueca de confusión.

—¿Quieres ser cuidadosa con tu vocabulario, querida? —me riñe Charlotte a mi derecha. Vuelvo mi rostro hacia ella esperando encontrarme su cara de ogro, pero para mi sorpresa luce serena con una sonrisa afable.

¿''Querida''? —pronuncio la palabra incrédulamente. Esta señora sí que es una maniática. Ruedo los ojos y me cruzo de brazos mientras observo como Adam se aleja, después de asentir hacia nosotros, para saludar a los demás señores con smoking. No me siento cómodo en este lugar, pero dudo que pueda ir a otro territorio bajo el régimen de la bruja—. Yo debería estar en casa estudiando porque mañana empiezan las pruebas de Royale. —le sugiero de mala manera.

Este cuerpo no es mío ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora