48. Kowalski 2/2

676 108 47
                                    

48. Kowalski 2/2

Mckenzie

Nadie dice absolutamente nada, cada uno de nosotros está impresionado por lo que acaba de pasar con Violet y Stuart. De reojo puedo notar como Jamie traga con dificultad y así mismo yo cierro los ojos con fuerza mientras inclino mi rostro. No sé ni qué rayos vaya a pasar con nosotros, pero de lo que sí estoy segura es que no saldremos extensos de esta, seguro mis padres me enviarán muy lejos de aquí. Al menos creo que a Jamie no le iría tan mal ya que fue el héroe de la historia, el único inconveniente es que él está en mi cuerpo y yo en el suyo. El calor y la humedad inundan mis ojos de pronto, siento la necesidad de expulsar toda la angustia que tengo dentro, pero mi sistema no me lo permite. Tengo miedo de que Jamie y yo finalmente nos quedemos así para siempre.

—En cuanto a sus hijos. —el señor Kowalski se refiere sólo a los padres que permanecen aún en la habitación, entre ellos el señor Stiles, Elle y mis padres—. No serán expulsados, pero se les pondrá una llamada de atención y además no se les permitirá participar en las próximas y últimas actividades del ciclo: fiestas, futbol ni mucho menos competencias becarias, baile de graduación, entre otras. Ustedes no podrán jugar más futbol, por lo tanto el señor Jamie Stiles perderá su título de mariscal de campo y se le otorgará a alguien más, tampoco podrán asistir al acto de graduación y por su puesto a la chica se le retirará su asiento en la competencia YESDARDIAN el próximo mes, son unos alumnos distinguidos, pero cada acción tiene una reacción y no puedo permitir que manchen el nombre de Royale.

Por un momento olvido cómo respirar y mi aliento se estanca de golpe, siento como si la vida empezará a estrangularme en este momento. Todo a mí alrededor se torna en cámara lenta mientras analizo e ingiero las palabras del director. Mi pecho se encoge y miles de pensamientos me abordan, mi futuro, mi vida, mi vejez, me veo en muchos finales diferentes y ninguno satisfactorio si yo no voy a esa competencia y no gano una beca. Puedo ver como mi madre me grita día a día porque tendrá que pagarme una universidad si yo no consigo una beca. Puedo sentir la sensación de decepción y derrota en mi interior. Todos estos años me he esforzado para complacer a mi madre y que ahora por culpa de dos ex compañeros con poco cerebro todo eso se vaya a la basura no me parece justo. Mi cabeza empieza a doler por el poco oxigeno que entra en mis pulmones y de pronto tengo la necesidad de gritar, pero lo único que puedo hacer es apretar mis puños fuertemente.

—Yo... —escucho la respiración cortada de Jamie a mi lado, su voz está temblando—... yo creo que debería retomarlo, director. Muchos de nosotros nos hemos esforzado mucho para llegar hasta aquí y que por culpa de unos estúpidos perdamos la oportunidad y el esfuerzo requerido no me parece justo.

—No me parece justo que después de mi entrenamiento, el empeño y las ganas que le he puesto al equipo más el compromiso que tengo con ellos y de mejorar mis calificaciones me tengan que quitar el título y sacarme del equipo como a mi amigo Nathan. —las palabras salen firmes de mi boca. Jamie vuelve su mirada cristalizada hacia mí, puedo notar su impotencia ante las decisiones del director, puedo sentir su dolor y su pesar porque su única vía para escapar de nuestra vida actual es esa ruta, tanto él como yo si entramos a las universidades que queremos podremos ser libres y estaremos donde queremos estar.

—No creo que sea justo que después de años de esfuerzo por ser una estudiante brillante y primera en la clase, teniendo una calificación casi perfecta por sobretodos y sabiendo usted que puedo entrar a una universidad prestigiosa y poner el nombre de Royale por lo alto me tenga que privar de esa oportunidad. —puedo ver la sonrisa sincera que se asoma en los labios de Jamie en cuanto me corresponde la mirada. El sentimiento que me transmite es reconfortante al saber que él piensa eso de mí, no parece estar mintiendo y chantajeando a nadie, se escucha la veracidad en sus palabras.

Este cuerpo no es mío ©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora