Mckenzie Knyazeva y Jamie Stiles, dos adolescentes de preparatoria que se odian por diferentes razones.
La vida y los sueños de ambos serán truncados por un pequeño incidente, sus vidas darán un giro de ciento ochenta grados y se verán amenazados cu...
Justo en este momento me gustaría que la tierra me engullera de un bocado y que nadie nunca volviera a saber de mi existencia. Me vuelvo en el puesto para ver a Mckenzie, su rostro está más pálido de lo que ya soy, sus pupilas están ligeramente dilatadas y sus labios entre abiertos. Parece que ella no tiene ni tantita idea de lo que está sucediendo con su familia, lentamente deja de ver a Nastya para enfocar su vista en Adam, lo mismo hago yo. Él tiene una sonrisa en su rostro, parece el hombre más feliz del mundo, no es de extrañar, creo que ayer se quitó mucho peso de encima. Mi cabeza especialmente es un torbellino de pensamientos y mi cuerpo una maraña de emociones que circulan mi torrente sanguíneo y finalmente explotan a flor en mi piel.
—Voy... voy al baño, disculpen. —es lo único que sale de mi boca y salgo disparado de ahí. Una vez que llego cierro con seguro y pego mi cuerpo a la puerta de madera intentando respirar—. ¿Cómo...? —me pregunto con el pecho hinchado de dolor, duele respirar siquiera—. ¿Cómo es que...? —busco explicaciones en mi cabeza a todo lo que nos ha revelado Nastya, pero no encuentro ninguna respuesta y es gracias a que yo nunca di lugar a hablar de Anna con mi padre—. No creo que papá sepa todo eso.
Por alguna extraña y culpable razón ninguna de las emociones que tengo me transmite un sentimiento de aflicción por la historia de esa mujer. ¿Te ha pasado que has tenido destrozado el corazón y has llorado una tarde completa, te has quedado dormida y has despertado al día siguiente sintiendo absolutamente nada por nadie? Bueno, a mí a veces me sucede y exactamente así me siento ahora. Quisiera sentir pena, lástima o algo por la que se supone es mi madre y simplemente no sucede nada. Me tomo el puente de la nariz y cierro los ojos con frustración, me deslizo sobre la puerta hasta caer al suelo. Sé que todo lo que le sucedió a Anna es horrible y me empiezo a sentir como una mierda por todo lo que la he juzgado a lo largo de mis años de vida. Quiero intentar entender todo lo que hizo ya que es una persona que fue dañada en su adolescencia y quedó con secuelas de ese asalto a su humanidad.
Dios...
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Mckenzie
—¿Qué sucede con Mckenzie? —pregunta mi padre sentándose para degustar su comida—. Ya lleva mucho tiempo ahí. —él ve su reloj de mano y luego vuelve la cabeza hacia donde se fue Jamie.
—¿Comenzamos sin ella o seguiremos esperando? —inquiere Nastya, tomando los cubiertos—. ¿O quiere alguien ir a ver qué le sucede? —ella levanta la mirada para enfocarnos a nosotros, realmente tiene una mirada posesiva e intimidante.
Veo de reojo a Nathan quien me hace un ademán con la cabeza para que vaya a ver qué sucede con Jamie.
—Creo que deberían empezar a comer, yo iré a ver qué pasa. Tal vez se perdió. —bromeó al respecto, pero el único que suelta una carcajada es papá, de ahí los demás siguen con la misma cara de espanto y por supuesto Nastya que no muestra ningún sentimiento mucho menos emociones.
