CAPÍTULO 7: Besos y Alianzas

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ADAM WOOD

Había pasado la noche en vela, repasando en mi mente las palabras de Allison y las implicaciones de la estrategia que había propuesto. Al amanecer, con la decisión finalmente tomada, me dirigí a la casa de la madre de Allison. La residencia estaba custodiada, como era de esperar, pero no por eso menos imponente.

Al acercarme a la puerta, fui recibido por los guardaespaldas que custodiaban la entrada. —Buenos días, caballeros—saludé con firmeza. —Vengo a ver a Allison Miller, por favor.

Los guardias intercambiaron una mirada antes de uno de ellos hablar por su radio. Tras unos instantes de espera, uno de ellos asintió. —Adelante, señor.

Pasé por la puerta y me encontré en un vestíbulo elegantemente decorado que irradiaba una calidez y confort que raramente encontraba en mi propia vida. No me detuve a admirar el lugar, porque en ese momento, vi a Allison bajando las escaleras, una expresión de sorpresa y confusión en su rostro al verme allí.

—Adam, ¿qué haces aquí tan temprano?—preguntó, justo antes de que pudiéramos hablar más, una voz nos interrumpió.

—¿Allison, quién es este joven?—La voz provenía de la señora Margot, la madre de Allison, que acababa de entrar en la sala.

Rápidamente, me enderecé y extendí mi mano con cortesía. —Buenos días, señora. Soy Adam, un cliente de su hija—me presenté con la mayor educación que pude reunir.

La señora Margot me miró con una mezcla de curiosidad y cautela antes de sonreír levemente. —Bueno, entonces debes unirte a nosotros para el desayuno, Adam. No permitiremos que un invitado de Allison se vaya con el estómago vacío.

Antes de que pudiera protestar, Allison me guió a la mesa de desayuno, donde me presentó a su familia: el tío, la abuela y la tía, todos saludándome con una amabilidad que me desarmó por completo.

—Escuchamos mucho sobre ti, Adam. Allison habla de lo mucho que están trabajando—dijo su tío con una sonrisa amable.

Mientras me sentaba, tratando de disimular mi incomodidad, la conversación giró en torno al trabajo y la vida de Allison. La familia compartió anécdotas y risas, creando un ambiente acogedor que me hizo sentir, por un breve momento, parte de algo más grande y cálido.

Allison me lanzaba miradas ocasionales, claramente preguntándose el motivo de mi visita inesperada. Pero yo guardé silencio, esperando el momento adecuado para hablarle en privado sobre la decisión que había tomado. Mientras tanto, me sumergí en la experiencia de ser parte de la vida normal de alguien, aunque fuera solo por un desayuno. Era una sensación nueva, desconocida, pero extrañamente reconfortante.



ADAM WOOD

Después del desayuno, en un momento de calma mientras la familia de Allison se dispersaba por la casa, encontré la oportunidad de hablar con ella en privado. —Allison, necesitamos hablar—dije, guiándola discretamente hacia un rincón apartado de la sala.

Ella me miró con una mezcla de expectativa y preocupación. —Adam, ¿qué sucede?—preguntó.

Respiré hondo, sabiendo que lo que estaba a punto de decir cambiaría el curso de nuestro plan y, posiblemente, nuestras vidas. —He pensado mucho sobre lo que me dijiste, sobre revelar la existencia de la niña para obtener la información de la madre de los Kozlov. Es un riesgo enorme, pero creo que... es lo que debemos hacer.

Allison me miró intensamente, evaluando las implicaciones de mis palabras. Luego, con una suavidad que contrastaba con la tensión del momento, puso su mano en mi hombro. 

DEFENDIENDO A UN CRIMINALWhere stories live. Discover now