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Antes del anochecer, dos reyes y un príncipe se alistaban para el ataque al castillo

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Antes del anochecer, dos reyes y un príncipe se alistaban para el ataque al castillo.

—No quiero sonar metiche...— Caspian rompió el silencio. — Pero, ¿tú y Fayna son pareja o algo así? — dijo mirando a Peter, quien se puso medio colorado y Edmund solo una fuerte carcajada.

—Ni te esfuerces Caspian, el intento acercarse a ella durante 15 años y quince años lo rechazó sutilmente. — dijo limpiándose una lagrima divertida. — Aunque yo los vi muy juntitos en la mesa de piedra. — Peter vio a su hermano queriéndolo matar.

—¿Te rechazo 15 años? — preguntó Caspian aguantando una carcajada. — Auch.

—Auch. — imitó Peter con voz chillona. — Ambos cierren la boca, ya verán que en cuanto la saquemos de ese castillo voy a dar el siguiente paso, si casi pasa en la mesa de piedra puede pasar de nuevo. — habló orgulloso.

—Que ironía, Fay siempre ha sido la reina que salva a los reyes, no al revés. — comentó Ed mientras ponía su espada en su cinturón.

—Ella jamás necesito de nadie que la salvara. — habló Peter con la mirada en el suelo y una sonrisa embobada.

—Sí que estás enamorado. — comentó Caspian tendiendo su espada a Peter, quien la tomo sin borrar la sonrisa.

—Lo está. — habló Lucy entrando a la habitación junto a su hermana mayor.

—Sol jamás quiso ser salvada, solo quiso que la acompañáramos en el reinado, quería dejar de sentirse sola. — Susan llamaba "Sol" a su amiga en ocasiones, pues hacía referencia a "Solem", solo la pelinegra la llamaba así, también la llamaba "Sunshine" pues decía que ella era un rayo de Luz en medio de la guerra y la oscuridad. — Siempre me sentí culpable por dejarla sola. — terminó con pesar.

—Creo que ahora es nuestro turno de ayudarla. — Peter tomó la mano de su hermana y los cinco salieron a donde todos los que irían a la guerra, claramente Lucy se quedaría.

(...)

Se habían llevado al profesor a otra celda, para que evitara hablar más con la pelirroja.

Y Fayna, estaba furiosa, el profesor le aclaró sus sospechas sobre la muerte del antiguo Rey, no solo le haría justicia a Narnia, también a su viejo amigo.

—Tiene que funcionar. — musitó.

El veneno comenzaba a afectarla, su vista se nublaba de repente, se mareaba y sentía que su sangre helaba. Apenas le alcanzaba la energía.

El fuego y la luz comenzaron a invadirla y sentía un ardor en la espalda, pero un ardor agradable, entonces todo se volvió negro, mientras sentía su cuerpo cambiar y unas campanas comenzaban a sonar en el castillo.

En otro lado del castillo, Miraz era apuntado por la espada de Caspian en presencia de Susan y Peter.

—Quiero la verdad, aunque sea una vez. — la voz del príncipe temblaba. — ¿Mataste a mi padre?

—Tu padre era un pésimo rey. Esas bestias nos lo quitarían todo, pero fue necio al querer relacionarse con ellos, en especial con esa estúpida reinita. — habló con burla en la voz.

—¿¡En donde la tienes!? ¿¡Qué le hiciste!? — Gritó el rubio furioso, ahora también apuntándole a Miraz.

—A tu noviecita no le queda mucho tiempo. — Antes de que Peter o Caspian reaccionaran, la mujer de Miraz le disparó a Caspian en el hombro, mientras que Susan dio en el hombro de Miraz y los tres salieron de la habitación.

Peter no estaba dispuesto a abandonarla misión y se aferraba a abrir la reja.

—Ya no hay tiempo, vamos por Fay y huyamos. — intentó persuadir Susan, pero Peter se negó. Al final la pelinegra tuvo que ayudar a abrir la reja.

—¿Exactamente por quien haces esto? — preguntó Susan a su hermano.

—Por ella. — No hacía falta decir su nombre. — Le falle cuando me fui de Narnia...no cometeré el mismo error de nuevo. — se tragó el nudo que tenía en la garganta y siguió.

La batalla comenzó en cuanto los narnianos entraron al castillo.

Miraz veía todo desde el balcón y cuando Peter se percató de él, se encamino hacia ahí, lo obligaría a liberar a la pelirroja. Antes de poder acercarse notó que su hermana era rodeada y su primer instinto fue ayudarla, espalda con espalda.

Cuando los rodearon antes de que pudieran dañarlos un circulo de fuego se extendió alejando a los telmarinos. El fuego fue provocado por un Fénix que se encargó de los soldados y deshizo el fuego. Al ver a un minotauro retener la reja el rubio no tuvo opción.

—Retirada. — Ordenó.

Lo que no sabían era que el planeaba quedarse.

Todos comenzaron a salir del lugar mientras el minotauro perdía fuerzas, pero antes de que este callera otra presencia apareció. Fayna convocaba luz, la magia que menos usaba para detener la reja, una mano (que desprendía luz) apuntaba a la reja que ya no sostenía el minotauro, la otra mano emanaba fuego, que alejaba a los telmarinos de los narnianos.

—¡Llévense a los reyes y al príncipe de aquí! — gritó la orden y a la fuerza Susan y Peter fueron subidos a los minotauros y caballos, mientras Caspian iba en el mismo caballo que su profesor.

Todos los narnianos que estaban con vida lograron salir y Fayna dejo caer la reja. Cuando Peter la notó atrapada en el castillo se dispuso a regresar, hasta que vio que ella se envolvía en llamas y se convertía en un majestuoso fénix, que voló al lado del hipogrifo que llevaba a Edmund.

Cuando volvieron al Altozano Lucy se vio triste al no ver a su amiga ahí.

—¿Y Fayna? — pregunto con la voz rota.

Fue entonces que el fénix aterrizó y se envolvió en fuego para convertirse en Fayna, ahora demasiado débil por aquel veneno. Había gastado toda su energía para salvar a su pueblo.

Lucy se apresuró a darle de su poción, pero se alarmo al verla inconsciente.

Peter fue el primero en acercarse alarmado y tomó su pulso.

—Está viva. — suspiros de alivio llenaron el ambiente. — La llevare a su habitación. — habló sosteniéndola en brazos y entró seguido por Caspian. Mientras Susan, Lucy y Edmund ayudaban a los demás heridos.

El rubio recostó a Fayna en su cama sin percatarse de Caspian hasta que este Habló.

—Siento no haber ido a la reja antes. — se disculpó y Peter habló sin ánimos de pelear.

—Una vez más, Fay nos salvó, otra vez. — Musitó sin despegar la vista de la chica.

—No es tu culpa. — Apoyó Caspian como si leyera la mente del rubio y salió de la alcoba, sin saber que sería tentado por la bruja blanca.

Peter no dejaba de repetirse que ella no estaría así se haberse ofrecido el, no paraba de repetirse que era un cobarde, por no ser directo con ella y porque nunca podía salvarla, cuando se trataba de ella Peter dejaba su papel de rey, su impulsividad y violencia, jamás se atrevió a tratarla mal. Con ella se volvía vulnerable.

De repente se percató de una cicatriz que asomaba por su hombro, jamás la había tenido y se dio el valor para voltearla y ver su espalda. Fue entonces que se percató de la sangre en su espalda mezclada con un líquido negro, su vestido rasgado en toda la parte trasera de su torso. La rabia contra Miraz se hizo más fuerte que nunca.

Antes de llamar a Susan para que cambiara el vestido de Fayna unos ruidos lo alertaron y salió corriendo a la mesa de piedra.

𝐓𝐇𝐄 𝐏𝐇𝐎𝐄𝐍𝐈𝐗 𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍 ༒ Las crónicas de NarniaWhere stories live. Discover now