VIII

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El magnífico, la protectora y el justo salieron del altozano con la cabeza en alto, sido recibitos por gritos de ánimo provenientes de los narnianos mostrando la confianza en Peter, en su rey

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El magnífico, la protectora y el justo salieron del altozano con la cabeza en alto, sido recibitos por gritos de ánimo provenientes de los narnianos mostrando la confianza en Peter, en su rey.

Fayna pudo identificar la euforia de los narnianos, pero también los nervios de los humanos disfrazada de una cara de valentía, mientras que ella mostraba su rostro impasible como siempre, mostrando que la presencia de Miraz no le afectaba, ni siquiera mostro los temores que revivieron al sentir de nuevo aquel veneno después de tanto tiempo. Eran los pilares de esperanza del pueblo narniano, si ellos mostraban miedo, ¿Qué le esperaba al reino?

Caminaron hasta llegar frente a Miraz, quien habló con un hombre que cargaba una ballesta.

—Si acaso el triunfo no parece ser mío, ya sabes que hacer. — Le ordenó. Claramente este tipo no jugaría limpio

—Lo que ordene majestad.

Peter desenfundo la espada que su hermano le ofreció y Miraz no evito el hacer un comentario a la mujer.

—Esperaba que estuviera muerta. — Habló despectivamente, pero Edmund se adelantó a la pelirroja antes de que esta pudiera responder.

—Voy a pedirle que tenga más respeto por la gran reina. — Habló enojado de que le hablaran así a su mejor amiga, quien se acercó y lo tomó por los hombros.

—Déjalo Ed, no es la peor basura con la que me he topado. — le dirigió una mirada encendida de rojo al usurpador, quien se intimidó un poco.

Peter y Miraz se acercaron al campo de batalla, Peter no deseaba más que hacerle sufrir por haber torturado de esa manera a Fayna.

—Aún es tiempo de rendirse. — Habló el mayor.

—Por mí, adelante. — gruñó Peter.

—¿Cuántos más morirán por el trono? — la burla en la voz del usurpador era palpable.

—Solo uno. — el rubio bajó su casco y lanzo el primer ataque.

Era notable que el usurpador había subestimado al adolecente, después de todo Peter tenía más experiencia en batallas, Miraz solo se escondía detrás de su ejército.

Decir que Fayna estaba orgullosa era poco, ella misma había presenciado cuando Pete y Ed apenas podían pelear con espadas de madera, ahora, se enfrentaban a personas que los subestimaban por su edad.

En un movimiento Miraz tiro el casco de Peter, casi cortando su cuello, el rubio sin quedarse atrás logro cortarle la rodilla, dejando a Miraz cojeando, además de un hombro que comenzaba a dolerle por la flecha que había recibido hace unos días, cortesía de la reina Susan. Peter cayó al piso, pero rápidamente se recompuso hasta que en un momento Miraz volvió a empujarlo y piso el escudo que Peter sostenía, dislocándole el brazo y sacándole un grito.

—Por Aslan. — murmuró Fay con una mueca de dolor. Ed tomo su mano para tranquilizarla, pero al hacerlo se separó rápidamente con una mueca de dolor.

𝐓𝐇𝐄 𝐏𝐇𝐎𝐄𝐍𝐈𝐗 𝐐𝐔𝐄𝐄𝐍 ༒ Las crónicas de NarniaWhere stories live. Discover now