Capítulo 12

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-Dime- responde cortante.
-Hola Leyla, ¿cómo estás?, hace much...
-¿Qué quieres, Christopher?.
-Necesito hablar con tn, le puedes pedir que salga un momento por favor- le ruego a diosito que si esté aquí, la necesito y no solo por mi padre, sino que ella es la mujer que amo.
-Ella no está aquí pero te dejó algo, Nico ya va a dártelo- dice y corta la llamada. A los minutos Nico sale con cara de lástima, me saluda y me da una caja envuelta en un pañuelo.
-Te conoce tanto que sabía que vendrías aquí- dice triste.
-¿Ella está aquí?, necesito hablar con ella por favor.
-Ella solo vino en la mañana a dejar esto y se fué, aunque las escuché hablando y creo que habló de viajar pero nosé dónde- se encoge de hombros- si supiera algo más te lo diría Chris, pero nosé más y ya debo irme porque sino mi linda esposa que nos observa con cara de asesina, nos mata a los dos- el sonríe pero yo no puedo. Entro al auto y de inmediato abro la caja, hay un sobre, una foto y una caja pequeña, saco primero la foto... fué del día que nos casamos, ella se veía hermosa sonriendo y yo a su lado serio mirando el piso. Recuerdo que ese día fuí un completo cabrón con ella, apenas llegamos al hotel para pasar nuestra primera noche de bodas, me cambié de ropa y me la dejé sola, me fuí a una discoteca con Connie. Luego abro la pequeña cajita y son sus anillos, el de compromiso y el de matrimonio. Ella por nada del mundo se los sacaba y hoy me los entrega. Miro mi dedo y siento culpa, ella en más de una oportunidad me pedía que usara mi anillo de bodas pero jamás le presté atención, y saber que desde hoy ya no los lleva en su preciosa mano me entran los males, todos sabrán que está soltera y se le acercarán. Aún recuerdo en la escuela todas las veces que tenía que espantarle a los babosos que la pretendían, aunque ella nunca lo supo. No quería que nadie me quitara su amistad, su cariño y su atención hacia mí. Cierro esa pequeña cajita con un nudo en la garganta, tengo ganas de llorar porque siento que la perdí definitivamente y no quiero, me niego. Por último con las manos temblorosas saco el sobre que tiene mi nombre, es una carta escrita por su misma letra:

¿Suficiente? ~ Christopher Vélez •TERMINADA•Where stories live. Discover now