Capitulo 8 No es una cita

Start from the beginning
                                    

— ¿De qué hablas? No le creas a este tonto a alguien se le cayó cuando era chiquito.

— Alana no te enojes con Luis y no te voy a regañar por tener sueños adultos.

— Suficiente no la molestes más. — Sentenció mi mamá. — Tiene 17 es normal que no controle sus hormonas. — Dijo riendo.

— ¡Mamá! —Grite—. Yo vine a comer pero si se van a poner así me voy a recuperar algo del sueño perdido que debo salir hoy.

— Ya hija no seas tan dramática por fuera serás como yo pero te comportas como tu padre —ella rodó los ojos—. Además con hambre no vas a dormir, come y luego te vas.

Decidí hacerle caso es verdad con hambre no puedo dormir. 

Después de comer Luis y Alissa salieron de mi casa al parecer también tenían planes y yo me fui a recostar un rato y le pedí a mamá que me despertara a las 12:00 pm. 

Me desperté de golpe cuando sentí que me estaba ahogando abrí los ojos y lo primero que vi fue una almohada en mi cara, agite las manos y empuje a quien estaba haciendo eso y resulta que era Astrid mi hermana menor.

— ¡¿Qué te pasa, quieres matarme!? —Contesté enojada mientras recuperaba el aire.

— Es que tengo rato tratando de despertarte y no me hacías caso. — Respondió sin el más mínimo interés por mi reacción. — Mamá me dijo que te despertará para que fueras a tu cita.

— No es una cita y ¿Qué hora es?

Al ver la hora me levanté de un brinco eran las 12:30, ya iba a llegar tarde. Me cambié lo más rápido que pude mientras mi hermana me veía sentada desde mi cama, tomé mi gorra antes de salir de mi cuarto y mire a mi hermana.

— Cuando regrese hablaremos con mi mamá sobre tu intento de homicidio contra mi pequeña psicópata. — La observe con ojos entrecerrados

Aunque soy deportista y estoy acostumbrada a correr sentía que me iban a explotar los pulmones, inevitablemente llegue tarde ella dijo 1 pm y ya había pasado media hora de eso. 

Al llegar a la escuela entre lo más rápido que pude en dirección a la biblioteca, el lugar estaba casi desierto salvo por algunos chicos que habían venido ya sea por algún trabajo o para practicar en las canchas y prepararse para alguna que otra competencia, cuando me dispuse a dar vuelta por el corredor que da a la biblioteca choque con alguien y reconocí su perfume de inmediato.

— Vaya si te dignaste a venir. —Parecía algo molesta.

— Lo lamento mucho pero si vine y es lo que cuenta ¿no?

— Como sea es tarde vamos. —Ella engancho su brazo al mío y empezamos a caminar.

— Es increíble rubia incluso tu amigo ya está aquí trabajando.

— ¿Luis está aquí? —Pregunté sorprendida. 

— Si él está con Melissa. —Respondió ella.

— ¿Y ella acepto quedarse con él? Creí que lo odiaba.

— Mmm ¿Por qué piensas eso? 

— Pues huye de él y lo mira como si lo quisiera matar. —Ella río.

— Bueno puede ser odio o tal vez le gusta y no sabe cómo manejar el sentimiento y por eso huye. — Contesto mientras abrazaba mi brazo y sonreía.

— ¿Qué clase de tonto actúa así cuando alguien le gusta? — Ella abrió los ojos grandes y soltó una carcajada.

— Yo creo que es lindo lucen realmente tiernas las personas así. —Sentí como se apegaba más a mi brazo

This Not Another Enemies To Lovers StoryWhere stories live. Discover now