Capítulo 26 - Ángel

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Me desperté como flotando en las nubes. Abrí los ojos y levanté la mirada, para encontrar el paisaje más hermoso que había visto en mi vida. Estaba entre los brazos de Alex, después de haber pasado la mejor noche de mi existencia. Alex roncaba a mi lado, y hubiera dado cualquier cosa para no moverme de ahí, pero necesitaba urgentemente ir al baño, y beber agua. Las actividades de la noche anterior me habían dejado exhausta y sedienta. Con Alex habíamos salido a la cocina en un momento para traer agua, pero ya la habíamos terminado. No quise despertarlo, me levanté, fui al baño corriendo, me puse a hurtadillas su camisa, que me quedaba enorme, y abrí cuidadosamente la puerta de la habitación. No tenía la menor idea de qué hora era, mi celular había muerto en algún punto de la noche y no se me había ocurrido separarme de Alex para ponerlo a cargar.

Me apoyé en el umbral de la puerta y miré cuidadosamente, cual espía, que no hubiera nadie. Efectivamente, sin moros en la costa, volé hacia la cocina. No quería permanecer más tiempo del necesario allí, no sabía qué tan tarde era, y no quería encontrarme a nadie con esas pintas que no dejaban lugar a la imaginación acerca de lo que había estado haciendo.

Nunca me había importado demasiado el qué dirán, pero me dejaría muy mal parada que la gente comentara que mi exposición permanente se debía a que me acostaba con el dueño del lugar.

Entré en la cocina, sigilosa como un ratón, y abrí la heladera. Cuando vi todas las cosas que había, me entró el hambre de golpe. Tomé una botella de jugo de naranja, un plato con fruta cortada, y dos medialunas que encontré en una panera. Haciendo malabares con los platos y la botella, me di vuelta para salir de la cocina y me encontré frente a la mirada de Anna, que me observaba desde la puerta.

–¡Vaya! Veo que le agradeciste demasiado a Alex por esta oportunidad laboral.

Frené en seco, y casi se me caen las cosas de las manos. No quería que Anna tuviera una mala impresión sobre mí, pero al parecer ya se la había dado. Me quedé seria, paralizada, no sabía qué hacer ni qué decirle. Me gustaba mucho la relación que estábamos creando con ella. No quería arruinarla por un malentendido.

Continuó con su mirada reprobatoria, hasta que notó que estaba a punto de echarme a llorar, entonces se acercó a mí, me quitó las cosas de las manos y me dio un abrazo.

–Disculpa, cariño. ¡Era una broma! Alex me habló de ti ayer. Me dijo lo que pensaba hacer. ¿Quién crees que puso las velas en la habitación?

Abrí los ojos y sentí ganas de golpearla, pero luego aflojé los nervios y me eché a reír. Me dijo que no me preocupara, pero que volviera pronto a la habitación porque estaba por empezar a llegar el personal, y ellos sí que se sorprenderían de verme así. Me ayudó con las cosas pero se fue antes de que pudiera abrir la puerta, porque: "hay cosas que es mejor dejarlas a la imaginación, cariño". Me reí de su ocurrencia y entré.

Alex se despertó y sus ojos me devoraron cuando me vieron con su camisa. Me hizo saber que estaba a punto de arrancármela.

–¿Que no tienes suficiente con lo de anoche? – le dije con sorna.

–¿Acaso tú sí? – Me preguntó atrayéndome y haciéndome quedar a horcajadas sobre él.

No le respondí. No hubo necesidad porque en pocos segundos la camisa ya había desaparecido.

Al cabo de un rato desayunamos en la cama y holgazaneamos hasta el mediodía. Me contó que mandó construir esa habitación pensando en la temporada alta, en la que debería comenzar a trabajar muy temprano y acostarse muy tarde. No quería gastar en una vivienda cuando le quedaba más práctico vivir ahí y estar a disposición por cualquier imprevisto. Además, ahora se acababa de dar cuenta de que el lugar podría ser aprovechado de una nueva manera, muy interesante, conmigo. Me reí con él y le dije que podía estar seguro de eso, aunque todavía teníamos pendiente el escritorio. Quiso llevarme en ese mismo momento a través de la puerta que, tal como sospechaba, conducía al despacho, pero le pedí un respiro, estaba agotada.

Aquel veranoWhere stories live. Discover now