Capítulo cuarenta y cinco.

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Me removí debajo de la delgada sabana de mi cama, el sol entraba por entre un espacio entre las cortinas y caía directamente en mi mano, calentándola.

Me di la vuelta aspirando un agradable aroma, ¿había encendido anoche una vela aromática? No recordaba haber he...

Mis pensamientos se congelaron en ese instante, sintiendo algo a mi lado.

Me volví sobre mi a mi izquierda y abrí los ojos como platos cuando todas las imágenes comenzaban a llegar a mi mente de lo sucedido la noche anterior, de lo que había hecho.

Trague saliva.

- Buenos días- murmuro demasiado cerca de mi oído, mandando escalofríos por mi cuerpo.

Sonreí ligeramente al ver su rostro soñoliento, mientras un dedo trazaba la línea de mi clavícula y hombro.

- Hola- dije con voz rasposa.

Sonrío.

- ¿Dormiste bien?- inquirió acercándose cada vez más a mi cuerpo.

De pronto mi habitación no parecía lo suficientemente grande, trague saliva nerviosa mientras veía de reojo su sonrisa juguetona.

- Si- soné mi garganta- Perfectamente- susurre.

Sonrió.

- ¿Agotada?- soltó entre risas.

Le di un golpe en el pecho desnudó, ¿qué comía este chico? Cualquier parte da su cuerpo que tocara eran músculos...no que hubiera tocado todo su cuerpo...o que esté pensando en hacerlo.

Me sonroje ante mis pensamientos, este se dio cuenta y en un segundo lo tenía sobre mi, sus piernas a casa lado de mi cadera.

Sus ojos viajaron abajo de mi cuello e instintivamente tape mi pecho haciéndolo reír, y sonrojandome aun más.

- Podría dibujarlos con los ojos cerrados, y tu te tapas- bromeo.

Le saque la lengua.

- Que lo puedas hacer no quiere decir que no tendré algo de pudor, no andaré desnuda a tu alrededor solo por que ya...bueno ya me viste así- mascullé.

Sonrío con suficiencia.

- Eso no estaría del todo mal- me guiño.

Le volví a sacar la lengua cuando el comenzó a reír y lleno de besos mi cara, no puede hacer nada mas que reír con él, lleve mis manos a los músculos de su espalda y comencé a trazar círculos en esta.

Cerro los ojos cuando comencé a dibujar en su piel, soltando un exabrupto.

- Podría quedarme así para siempre- murmuro.

Sonreí y lo tome del cabello jalándolo hacia mi, me beso con rapidez, disfrutando de las sensaciones y el baile que nos nuestras bocas hacían.

Sus manos viajaron por mis brazos mientras se movía sobre mi, acomodándose, acoplándose.

- Bueno- murmure- Esto es inesperado- susurre.

Rió sobre los labios.

- Me gustan las cosas inesperadas- musito dejando mordidas a lo largo de mi cuello.

Un sonido salió de mi boca involuntariamente, y el gruño contra mi clavícula.

- No sabes cuando he esperado por esto- susurro.

Sonreí.

- ¿Cuanto?- inquirí.

Se separó un poco para verme con ojos llenos de hambre, tomo un largo respiro antes de contestar.

Fall For a Trouble.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora