Capítulo cuarenta y dos.

6.7K 392 48
                                    

Me mire al espejo mas tendido.

Llevaba lo que parecían ser horas aquí encerrada, el baño aun estaba lleno de vapor por la ducha y el espejo frente a mi estaba empeñado.

Pero ni eso impedía que viera la cortada.

Roja como un anuncio de cervezas, brillaba en mi cara invitando a todos a verla, era larga desde la mitad de mi mejilla hasta la comisura de mi labio. No era profunda, mas apenas podía hablar sin que me molestara sobrenaturalmente.

Coloque mas crema encima antes de poner dos curitas juntas para lograr cubrirla, me dolería bastante cuando me las quitara pero si no me las ponía no se que explicacion le daría a papá, ahora podía decir que me fui de boca en clase de gimnasia y me raspe la mejilla.

El no podía ver la cortada.

Ahora mismo ni yo podía.

Me comencé a poner el pijama de franela especial que usaba para casos donde estoy a punto de tirarme por la ventana y soltar la toalla, uno que mama me había regalado hace dos años.

Camine a la cama y antes de darme cuenta ya estaba apretando fuertemente un oso de peluche contra mi pecho, acostada en posición fetal y sollozando silenciosamente mientras mojaba todo a mi paso.

Había venido directo a casa después del...incidente. Paul se había ido sin hacer nada mas, y yo había corrido a casa, gracias a dios papá aun no había llegado, así que pude meterme corriendo y lavarme.

Por que me sentía demasiado sucia, de que él me hubiera tocado, de haber estado con él, necesitaba bañarme y limpiar la herida de mi mejilla, así como necesitaba deshacerme de esa sensación de asco.

Pero incluso ahora la sensación seguía ahí, en la boca de mi estomago.

Aprete los ojos con fuerzas mientras todo lo sucedido me abofeteaba.

No podía decirle a Jordan, no podía.

Si lo hacia haría algo estupido y loco y yo no podría con eso tampoco, justo ahora necesitaba mantenerlo para mi y rogar a los cielos por que Paul no tomara contra mi, o aun peor, contra papá.

Esto se me estaba yendo de las manos, no se supone que nada de esto tendría que estar pasando.

No se supone que doliera tanto.

No se supone que tendría que estar aquí llorando por que alguien hubiera cortado mi mejilla. Dios, hace dos meses dos no hubiera pasado ni por asomo por mi cabeza...

No se supone que terminara creándome heridas por sanar las de él... Pero lo hacia, y seguiría haciéndolo hasta que algo pasara.

Esperaba que fuera algo bueno.

No se cuanto tiempo paso hasta que escuche el carro de papa llegar.

Me levante de la cama cerrando la laptop, lave mi cara y puse una sudadera encima de mi playera de Batman y deje viendo mis pantalones de conejitos.

Si, ¿y que?

Baje casi trotando las escaleras y antes de darme cuenta de lo que hacia me lance a los brazos de papá.

Se quedo plasmado ante mi muestra de afecto, pero termino regresándome el abrazo.

- Me da gusto verte también princesa- saludo.

Suspire.

- Te quiero- dije sin pensarlo- Te extrañe muchísimo.

Sentía las lagrimas en los ojos.

Ya se, estoy actuando como una bebe, pero justo ahora me sentía como una, quería, necesitaba a mi papá, mas que nunca.

Todo lo sucedido me había puesto a pensar, pensar en él, en mamá, en todo, inclusive en Sara.

Fall For a Trouble.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora