¿Puedo hablar contigo?

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-Emily Hargreeves.-

Hace como una semana que mi mejor amiga, Sophie, me sentenció a la detestable tortura de el baile de primavera, para el cuál, apenas faltaban dos semanas.

¿Nadie nota que es demasiado? Por qué para mí, es como una sobre carga. Jackson dice que debo dejar de quejarme, y asegura, que al final me la termine pasando bien. Y no puedo contradecirlo, ya que una pequeña parte de mi si quiere pasar tiempo con mis amigos en un lugar fuera del salón de clases, o distinto al parque o el cine, que son los lugares a donde nos gusta ir siempre que tenemos tiempo.

Tiempo. Irónicamente, algo de lo que hay bastante escases en mi vida, es de tiempo. Entre la escuela, los proyectos y tareas, los entrenamientos y el intento que hago por dormir las horas que debo, me hacen querer escapar de todo, pero dentro de mi sé que enloquecería al momento en que me encuentre lejos.

El sonido de mi celular me saca de mis pensamientos, notificándome que me llegó un mensaje, y aún sin zapatos y con el cabello mojado por la ducha de esta mañana, voy a ver de quién es.

"Rory💙: ¿Vas a la escuela hoy?"

Leí desde la vista previa. Toqué la notificación para entrar a la conversación.

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👤 Rory💙 - en línea.
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¿Vas a la escuela hoy?

Si

¿Tenemos matemáticas hoy?
Jamás recuerdo los horarios.

Lamento decepcionarte
Tenemos historia y literatura.

Odio historia.

Lo sé.

¿Puedo hablar contigo hoy
e

n la escuela?

Es algo importante.

Claro, te veo allí.

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(...)

Okey, comienzo a arrepentirme de el hecho de que Jackson tengo su casillero justo al lado de el mío.

—Me tengo que ir..— Habló Julie, casi entre medio de la boca de mi hermano.—

—Aún no suena el timbre.— Se quejó él, casi haciendo puchero.—

Si algún día soy así de empalagosa, por favor que alguien me de un buen golpe en la cara.

—Si llego tarde va a ser tu culpa.—

—¿Mi culpa?—

—Si, por distraerme.— Dijo jugueteando con la parte de atrás de su cabello.—

Él rodó los ojos.— Está bien, te veo luego.—

Intenté mantener la vista en mi casillero todo el tiempo, hasta que se dieron un último beso y ella se fué, entonces cerré y casillero para voltear a ver a mi hermano, con su cara de idiota y todo.

—¿Qué?— Me preguntó, al notar que lo estaba viendo.—

—Nada..— Dije yo.—

Esperé a que él terminara de sacar las cosas de su casillero, hoy teníamos las mismas clases, así que íbamos a ir juntos.

Lo malo es que Jack tiene entrenamiento hoy, y como el intento de buena hermana que trato de ser, le dije que me quedaría en la escuela hasta que él salga, así regresamos juntos a casa. No sé que voy a hacer en esas dos horas en las que él está en la cancha.

La profecía.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora