Ups..

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No es bonito chocar contra el suelo, ¿Sabían eso? Por qué yo no, o al menos nunca había imaginado que este podría ser tan agresivo al chocar contra mi cara, y eso que era césped.

—Auch.. Hay que practicar mejor los aterrizajes.— Mascullo yo.—

—Suele ser menos duro que eso..— Dice Lila.—

—¿Y los demás?— Pregunta mamá levantándose de el suelo al igual que nosotros.—

Todos volteamos a ver hacia los lados, estábamos en el patio delantero de una casa, casi igual a todas las demás de la cuadra.

— Pues en definitiva no están aquí...— Dice Lila dando por echo la situación.

—¿Y nosotros.. En dónde estamos?—

—Pues en el patio de una casa, dah.— Respondo yo.—

Lila me ve de manera obvia, mamá sólo sigue viendo a su alrededor.

Lila voltea a ver el perdedor que llevaba, estaba roto por completo.

—Maldita sea.. Esto es imposible.— Dice tomándolo en sus manos para verlo con atención.—

—¿Fué culpa de esa cosa?— Le pregunta mamá.—

—No, son muy confiables, ni siquiera creí que podría ser posible.—

—Aparentemente lo fué.— Digo encongiéndome de hombros.—

Ella me mira con los ojos entrecerrados.— ¿Y tú qué sabes?—

—¡¿Yo?!— Digo llevando una mano a mi pecho.— Absolutamente nada..—

—Jack..— Insiste mamá.—

—Puede que Emily y yo soltaramos nuestras manos.. Accidentalmente.—

—¡¿Accidentalmente?!— Dice Lila.— Esto debe ser una broma..—

—¿Ups?—

—¡Buenos días t/n! —Dice una señora pasando por la calle.— ¿Haciendo jardinería?—

Todos la vemos extrañada, pero Lila le da un codazo a mamá para que disimule y diga algo.

—Amm, si, no hay nada mejor que eso...— Responde mamá regalándole una sonrisa a la mujer.—

La mujer también le sonríe y continúa caminando.

—Vaya, tú si sabes socializar.— Le dice Lila sarcásticamente. —

—Entré en pánico, ¿Okey?— Suspira.— ¿Has visto su ropa? Parece...—

—Que esa mujer esta cincuenta años pasada de moda.— Completo yo entre risas. Ambas se voltean a ver entre si, con el semblante serio.— ¿Y ahora qué dije?—

—Vamos adentro antes de que más personas nos vean.— Ordena Lila.—

—Espera, ni siquiera sabemos si esta casa es nuestra.— Dice mamá.—

—Mira allá.— Le dice señalando un buzón en la esquina delantera del patio.—

El buzón era de color plateado, con letras en color negro, que claramente decían "Hargreeves." La pequeña banderita roja estaba levantada, lo que quería decir que había algo dentro.

—Espera un minuto..— Dice mamá, para dirigirse hacia el buzón.—

Ella lo abre, encontrándose con un periódico y un par de revistas. Saca el periódico y lo mira por un momento.

La profecía.Where stories live. Discover now