Capítulo 18

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Celeste Black.

Me levante entre los brazos de Asher, los cuales me rodeaban con firmeza la cintura. Observe su rostro sabiendo que estaba dormido. Con un poco de dificultad me libere de su agarre y entre a baño, encendiendo la ducha. Me quite con lentitud la ropa notando el escozor en mi parte intima por la noche anterior, cualquier día me van a matar.

Al meterme el agua caliente abrasa mi piel, pero no me quejo. Noto como mi pecho comienza a enrojecerse fruto de la temperatura del agua y sonrió, así al menos siento algo. Noto como la ducha se abre mostrándome a Asher desnudo, se mete conmigo y pega un pequeño salto cuando nota la temperatura, lo que me hace reír.

- Como se nota que provienes del infierno – gruñe, poniendo el agua un poco más fría.

Agarra el champo y me lo pone en el pelo haciéndome un masaje, reprimo un gemido de placer, sabe lo que hace. Dejo que se suelte conmigo y me haga lo que desee, si total yo también lo estoy disfrutando.

Cuando terminamos salimos y yo agarro una toalla, dándole otra a él. Me abraza y deja un beso en mi cabello aun húmedo mientras yo dejo que mis brazos rodeen su torso descubierto, el cual deja a la vista algunos de sus tatuajes.

Al entrar se cambia y yo hago lo mismo, poniéndome el uniforme junto a unas medias negras y unos zapatos negros simples. Me abrocho la túnica mientras Asher termina de peinarse. Justo cuando voy a abrir la puerta Jerome, Azazel y Theodore están en ella, dispuestos a llamar.

Los saludo y salimos del pasillo de las niñas. Al bajar a la sala común me fijo en Draco, quien ya esta despierto, o bueno, su rostro no dice eso, tiene grandes ojeras debajo de sus ojos grises y su cabello ya no esta pulcramente peinado, sinceramente, esta echo una porquería.

Me siento a su lado y lo rodeo con mi brazo, no tarda en apoyarse en mi pecho y le doy pequeñas caricias en el pelo, para así calmarlo un poco. Siento como su respiración se ralentiza y noto que se está tranquilizando poco a poco. Le pongo los labios en la frente y me doy cuenta de que esta ardiendo de fiebre.

- Acuéstate un rato Draco, estas enfermo – le aconsejo – Mírate, estas horrible y ardiendo – me levanto agarrándolo de la mano – Vamos, te llevare a mi habitación, allí estarás mejor –

Lo subo con cuidado puesto que parece que en cualquier momento se va a desmayar. Al abrir la puerta agarro la varita calentando un poco la habitación, le quito los zapatos y lo tumbo en la cama, arropándolo con mis sabanas, añadiendo una un poco más gordita de pelo negra.

- No soy un bebe – gruñe.

- Como si lo fuera, ahora duérmete, luego vendré a verte –

Le doy un beso en la frente y salgo de la habitación, cerrándola. Bajo hasta la sala común y mis chicos se levantan. Jerome me pasa el brazo por lo hombros y me acomodo un poco mejor, disfrutando de su tacto vestido. Deja un beso en mi cuello mientras caminos hacia el gran comedor; al entrar varias miradas van dirigidas a nosotros y noto como Theodore se tensa un poco, yo estoy acostumbrada, pero él aun no.

- Vamos – les ordeno suavemente.

Nos sentamos en la mesa al lado de Pansy, quien está conversando animadamente con Freya y Nate, al verme me sonríe y le correspondo.

Ahora esta más tranquila, mande a Adrián a América, un simple experimento, había creado una poción que era capaz de castrar, literalmente, a las personas, claro que era muy dolorosa y podría morir, pero tampoco me importaba demasiado. Se la di y los primeros días estuvo muy mal; aunque si soy sincera tampoco lo ayude, lo tire en el calabozo de mi mansión. Volví a los cuatro días y allí estaba castrado y obediente. Aún recuerdo sus gritos de dolor, me relajo cuando lo pienso. Lo que más me preocupa es que puede tener hijos, pero en todo caso que los tenga lo vigilare de cerca, trayéndomelo nuevamente aquí.

The angel of death [# 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora