Capitulo 14.

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Saquen sus biblias señoritas, el momento esperado a llegado.

Celeste se encontraba con Kathya en el suelo de la mansión, ambas estaban sobre una manta de pelo negra en frente la chimenea, la cual estaba encendida. La azabache estaba con una copa de vino en sus manos mientras Kathya bebía zumo, aunque cuando la Black estaba despistada, la peliblanca intentaba beber.

- Mami – dijo ella acariciando a el dóberman negro - ¿Cuándo iré a Hogwarts? –

- Todavía te queda mucho cariño – le dijo dulcemente acariciándole el cabello.

La chica asintió y cogió uno de sus coches, comenzó a jugar sobre la manta mientras Celeste leía un libro con un cigarrillo entre sus manos. Le había puesto un hechizo, como consecuencia, el humo no le afectaba.

Regulus entro a la mansión y miro la escena con los ojos enternecidos, hacia apenas una semana que había despertado y se había estado encargando de un par de negocios.

Se acerco a su hija y le dio un beso en la frente para despues hacer lo mismo con su nieta. Se sentó en uno de los sillones y agarro un vaso de whisky.

El mayor portaba un traje negro echo a medida, sus dedos estaban repletos de anillos, los cuales sonaban cada vez que agarraba el vaso. Su cabello estaba despeinado, dejando un par de mechones revueltos caer en su frente. Era un hombre atractivo, y cualquiera lo sabría con tan solo verlo un poco.

Celeste se levantó y se sentó en una de las piernas de su padre dándole un abrazo, cosa que fue correspondido. El corazón frio de Celeste se enternecía cuando se trataba de ellos dos.

- Tengo algo que decirte – murmuro Regulus y ella le prestó atención.

- Dime – respondió levantándose y sentándose en un sillón aparte.

- Me voy a casar con tu madre – soltó, lo más rápido posible.

- Bien – dijo ella sin importancia – Pero cuando acabe la guerra –

- ¿Me estas dando una orden Celeste Black? – pregunto y ella le sonrió inocente.

- Veo que vas pillando como van las cosas padre – dijo un tanto arrogante y Regulus le dio una palmada en la nuca - ¿Por qué siempre me das en el mismo lado?

- Tener hijas para esto – dijo dramáticamente llevándose una mano al pecho.

Ella rodo los ojos y agarro a Kathya en brazos para despues subir las escaleras con el dóberman detrás suya. Llegaron a la habitación y la dejo en la cama mientras ella agarraba uno de sus peluches, ahora dormía con Celeste casi todos los días. Tenia pesadillas.

- Mami – murmuro y Celeste se giró – Tengo que contarte una cosa –

La azabache se sentó en la cama y Kathya inmediatamente se puso en su regazo, abrazándola, cosa que fue correspondida.

- Dime cariño – murmuro acariciándole el cabello.

- Cuando me hicieron daño y me dormí, vi una cosa – Celeste la miro con más atención – Creo que es importante –

- Cuéntame lo que viste –

La pequeña Kathya se despertó en lo que parecía ser una casa abandonada. Los muebles estaban tapados con sabanas blancas, los espejos llenos de polvo y en las esquinas había telarañas. Los ventanales eran extensos, cubriéndolos tenían cortinas de color beige. Siguió caminando y llego a una habitación donde había distintas estatuas, pudo ver una suya, de sus padres, de sus abuelos, dos personas desconocidas y, por último, una que le llamo verdaderamente la atención; era un hombre, de mediana edad, atractivo y con un porte elegante, pero ella no lo podía reconocer bien.

The angel of death [# 2]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora