Capítulo 21: La "cita" de Carla.

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la celebración por el torneo duró un par de días más, aunque fue bueno para el negocio al principio admito que tener tanto trabajo se volvió molesto más temprano que tarde. Por lo visto entre los participantes se correría la voz del torneo y varios prometieron que ganarían el año que viene... la verdad no teníamos planeado hacerlo de nuevo, aunque supongo que no nos queda de otra... Igual así empezó la UFC, yo que sé.

Unos días después fue que un soldado vino a dejarme una nota con los detalles de mi cita con Carla, puesto que Rosa había perdido la apuesta me tocaba pagar, en parte no era algo que me disgustara aunque me gustaría que al menos me hubieran avisado. Aunque en parte no entiendo porque tengo que pagar yo sus errores, supongo que es algo así como las tareas de un Alfa o lo que sea, de cualquier forma, al final nuestra "cita" quedó pactada para dentro de tres días, aunque no fuera del todo necesario ya que era una apuesta, opté por tomarme esto en serio, preparando ropa adecuada e incluso comprándome un perfume(aunque también traje varios para vender en la tienda).

El día finalmente llegó, tal como me decía la carta, fui a buscarla a su casa, traje conmigo una cesta de picnic ya que había encontrado un sitio con buena vista tras la cercha eléctrica y que me habían dejado usar ese día para vernos, aunque por lo visto era un sitio bastante común para las  salidas de parejas desde que se colocó la cerca según el herrero. Cuando fui a buscarla, Chuck salió a recibirme con una mirada seria.

-Tendero...

-¿Podría llamarme por mi nombre capitán?

-No. -Supongo que es ese tipo de padre...

Al cabo de unos momentos, Carla salió de su casa mientras vestía un bonito vestido verde y algo parecido a un bolso colgando de su hombro, admito que es la primera vez que la veía con algo que no sea una armadura o similar y se veía bastante bonita.

-Te... te ves muy bien. -Dije algo avergonzado, en ese momento podía sentir la sed de sangre de Chuck a mis espaldas.

-Mejor nos vamos. -Dijo mientras me tomaba de la mano y comenzaba a caminar conmigo.

Tras caminar un rato fue que llegamos al sitio en cuestión, un pequeño descampado con vista al lago en una zona ligeramente más iluminada que el resto del bosque. Aunque estaba nervioso no sabía que decir exactamente, por lo que intenté romper el hielo un poco.

-Sabes, me sorprende que hiciera todo esto por mí, no pensé que me vieras de esa forma. -En ese momento ella sacó de su bolso algo similar a un tablero de damas y colocó fichas.

-¿Jugamos? -Esto me sorprendió un poco, aunque igual es que había malinterpretado sus intenciones con lo de "cita" al final, un poco desilusionado aunque no abatido decidí jugar a las damas con ella. Mientras avanzaba la partida fue que la conversación se hizo lugar.

-Parece que algunos participantes del torneo decidieron quedarse en la aldea, incluso no combatientes. -Ella asintió con una sonrisa y dijo con calma.

-Quiero agradecerle señor tendero.

-¿Por el torneo?

-Por todo.

-¿Qué?

-Desde que llegó al pueblo todo ha estado más animado, la gente ya no tiene que temer al frío ni a los monstruos, las personas visten ropa fina, se bañan más seguido eh incluso podemos disfrutar de juegos y diversiones como esta.

-Es cierto que planeaba construir una casa de baños, aunque creo que es un poco exagerado decir que ya logré un cambio así. -Ella negó con la cabeza.

-La gente poco a poco comenzó a tomar sus costumbres señor tendero, ahora que hay tantas cosas disponibles como el jabón o las especias las personas aquí finalmente dejaron de solo sobrevivir, estoy segura que mamá habría estado feliz por ello. -La verdad es que su sonrisa era cálida y reconfortante, en ese momento asentí con decisión.

-En ese caso no pienso parar, primero, me aseguraré de construir una casa de baños pública donde todos puedan disfrutar de baños calientes y luego comenzaré a expandir las cercas para que los niños del pueblo tengan donde jugar, puede que hasta implemente algunos instrumentos y música... -Mientras mencionaba todo eso Carla solo me miraba sonriente y tras unos minutos habló.

-Realmente estoy deseando que llegué, así que espero que esto le motive señor tendero. -En ese momento ella besó mis labios con ternura...

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