XIX

3.5K 390 225
                                    

Capítulo 19 "¿Qué estás haciendo aquí?"

A través de la ventana del salón, Sunoo podía observar a todas las personas viviendo su día a día en la gran y temible ciudad de Seúl. Sonrió sintiéndose como un tonto al nombrar a una ciudad a la que anhelaba mudarse cuando era niño, temible. Pero es que gracias a todo lo que había pasado desde que llegó a Seúl, ya no podía decir que se sintiera del todo bien ahí. Primero la situación con Sunghoon, el asalto, el señor que le quitó su lapicero, el asalto sexual y ahora su padre le llamaba a diario, diciéndole que regresara a casa. Pero no quería.

No podía renunciar a la universidad, y estaba yendo a terapia, tenía la esperanza de que las cosas fueran a mejorar desde aquel momento. Así como también su relación con Sunghoon se volvió más fuerte desde aquella noche.

Bueno, ahora eran una pareja oficial, lo había marcado y era su alfa, así como él su omega.

Suspiró al ver a una pareja caminar por la calle tomados de la mano, se veían radiantes de energía a pesar del frío clima y el cielo gris. No recordaba muy bien cómo había sido la última vez que salió con Sunghoon, ya había pasado más de un mes sin salir de casa y todavía no se sentía listo. Su alfa lo entendía, no era fácil que sucediera algo tan horrible justo a la vuelta de donde consideras estarás a salvo.

¡Le prepararé algo a Sunghoon para compensar que no salimos hace mucho!

Revisó el frigorífico y su alacena también, tenía que conseguir algo tan básico como huevos para hacerle el pastel, todo lo demás, extrañamente, lo tenía. Sin ellos no podría preparar ni unos míseros panqueques.

—Riki, contéstame, maldición—. Soltó al escuchar a la contestadora automática de su único amigo en la capital.

No lo había visto desde hace días, lo que había pasado con Sunghoon fue un día antes de que ambos decidieran que estaba bien que Riki entre a su casa, con la condición de que estén los dos. Sunoo comprendió a su alfa, era bastante obvio que seguiría estando inseguro de los demás. El también lo estaba y por eso no daba un paso fuera de casa.

Su celular timbró en sus manos, era el rubio.

—¿Qué quieres a esta hora?—. Hastiado contestó, con una voz ronca y adormilada.

Sunoo no le prestó atención—. Necesito que me traigas huevos, por favor.

—Pídeselo a tu novio, chau.

—¡Es una sorpresa, no seas así!—. Chilló el menor, deteniendo a Riki de cortarle la llamada.

—Agh, por eso odio a los enamorados, son como una rara y contagiosa enfermedad—. Se escuchó como se movía desde el otro lado, abandonando la cama.

—Todo porque no tienes quien te haga nada.

—Touché, te odio.

—Yo más.

Cortó la llamada con una sonrisa burlona, siempre se divertía con Riki, era como el hermano mayor que no pudo tener. Le había cuidado cómo había podido, incitándole a comer desde mensajes de texto o audios imitando a sus personajes favoritos para que pruebe bocado o deje de llorar. Se habían vuelto realmente cercanos sin verse seguido.

Alistó los ingredientes, la receta y solo tenía que esperar a que llegara Riki con su pedido. Se sentó en el sillón de la sala, buscando que ver, cuando su celular empezó a vibrar. La pantalla se encendió con un "Papá" grande en medio.

Suspiró, no tenía ganas de contestar pero ya llevaba ignorándolo varios días. ¿Cómo es que la relación con su papá había llegado hasta ese punto?

Roomie ; SunSunWhere stories live. Discover now