XV

4.4K 546 398
                                    

Capítulo 15: "Estoy vivo."

CONTENIDO SENSIBLE
advertencia: violación, daño psicológico.

Después del intento de robo a su preciado lápiz, Sunoo no había hecho más que seguir estudiando y volver a casa, al menos eso hacía. Todavía se encontraba caminando por las calles de su barrio, ahora ya más conocidas desde de su primer incidente, estaba helando y tenía hambre, tendría que haber comido algo en la biblioteca pero no había del ramen que tanto le gustaba.

—Buenas noches — Le dijo amablemente al cajero, que respondió igual, pero con un tono monótono y cansino. No le prestó atención y buscó el pote de ramen picante junto con un poco de queso y tteokboki. Esa iba a ser su cena—. ¿Cuánto saldría?

— 6000.00₩ —. Soltó después de pasar los productos por la máquina. Pagó con efectivo y salió del local.

Prefería comer en casa que en la fría calle, solo tenía que llegar de una vez. Estaba a unos ocho minutos caminando, no era mucho, solo apresuraría el paso y ya. Continuó su andar, solo y la espalda doliendo por estar tanto tiempo sentado, no podía creer que él, que antes no le gustaba estudiar, ahora se la pasaba en la biblioteca.

Una fuerte brisa arremetió contra él, dándole escalofríos, tiritando un poco siguió su camino hasta el gran edificio, estaba cerca, sin embargo tenía que cruzar un callejón para llegar a su calle más rápido.  Nunca le había gustado estar solo y menos en lugares así, pero el frío pareció obligarlo a tomar el riesgo.

Era oscuro, un poco sucio y apenas había un gato comiendo de la basura, que salió corriendo apenas lo vio. Sus pasos eran extrañamente el único ruido presente, solo quería llegar a casa y comer. Tenía frío.

—¡Oye, tú, chico lindo! — gritaron desde su espalda.

No quiso voltear, sabía que se metería en problemas, sabía que algo malo iba a pasar. Así que corrió. Intentó escapar y cuando pensó qué tal vez se había salvado, fue jalado bruscamente hacia atrás.  Cayó de bruces, botando la bolsa de su comida, pero ya no importaba, no podía si quiera ver donde había caído y tampoco podía hacer mucho siendo arrastrado hacia el lugar más oscuro del callejón.

—T-te daré todo mi dinero, pero por favor, déjame ir—. Suplicó cuando fue lanzado a la pared. Esto nunca le había pasado, el venía de un pueblo más pequeño, más aún de un barrio donde todos se conocían y lo querían, donde iba a ser protegido si algo pasaba. Ahora estaba ahí, en la gran Seúl, a la vuelta de su casa, a punto de ser asaltado. Al menos eso pensaba.

Extendió la billetera con las manos temblorosas, no lo miró a la cara porque sabía que eso podía alertarlo. ¿De algo tenían que ayudar las recomendaciones que le dio Sunghoon, verdad? ¿VERDAD?

—¿Por qué no me miras a la cara, pequeño bonito? — Tomó su billetera y la guardo en la parte posterior de su pantalón, Sunoo sintió alivio por un pequeño segundo, pero no se fue. Ni parecía tener intenciones de irse—. Quiero que me mires.

No quería, si lo hacía tal vez le haría daño.

—MÍRAME—. Le lanzó una cachetada que lo hizo jadear asustado, esta vez, aún más tembloroso que antes posó sus ojos en los contrarios y examinó su cara con rapidez.

Era un hombre joven, de facciones definidas pero bruscas, sus ojos eran pequeños y negros, lo observaban como un predador a su presa.

—Que bueno que me miras, lindura, nunca la podrás olvidar.

Una sonrisa apareció en su rostro, el más bajo quería romper a llorar. Porque sabía lo que estaba pensando. Lo que iba a suceder, y no podía evitarlo ¿¡cómo podría?! Ese hombre tenía mucha más fuerza que él.

Roomie ; SunSunWhere stories live. Discover now