Roomie ; SunSun

XVIII

Capítulo 18 "Llevabas una máscara"

Sunoo siempre había sido una persona positiva, había tratado de ser asertivo con todos sus amigos desde pequeño. Si cometían errores o no, él decía no ser quien para juzgar, sabía que después de cada circunstancia algo tenía que cambiar, para bien o mal. Si se caía, podía solo reírse o llorar de dolor pero al final, el golpe pasaría, con los días la herida sanaría y si no fue fuerte, no quedaría ninguna cicatriz. Era algo tan simple como una caída y levantarse, el dolor estaba ahí pero ¿ganaría algo sentado en el suelo? Había leído múltiples veces la palabra, en su escuela, en las lecturas de su carrera, hasta había tenido clases dedicadas a ella.

Resiliencia.

La cruda, pero beneficiosa, experiencia de chocarte contra un muro. ¿Qué harás con él? Está bloqueando tu camino. Destruir lo, treparlo, rodearlo ¿vas a esperar a que desaparezca o harás algo?

—¡SUNOO!

—¿Eh, qué quieres?

Sunghoon se detuvo, mirándolo con indignación—. ¿Cómo que qué quiero? ¿Ahora hasta me tratas feo? Que tóxico.

Respondió con una risa penosa mientras negaba—. ¡No soy tóxico! es que estaba distraído.

Un chasquido de lengua se escuchó—. Nah nah nah, yo no soy de estar en relaciones tóxicas porque me enamoro más.

—¿O sea que te gusta lo tóxico, señor Park?

—Eso es parcialmente incorrecto, Mrs. Park. Solo soportaré tu toxicidad—. Se agachó a depositar un corto beso en su mejilla antes de ser golpeado en el costado—. ¡Ay, eso dolió!  Te voy a demandar.

—Ya te dije que no proceden, ríndete—. Respondió burlón el menor terminando de desayunar.

Había estado divagando mucho aquellos días y Sunghoon era consciente de ello, era un poco preocupante pero sabía que estaría bien. Las últimas semanas había ido de maravilla, Sunoo había asistido a terapia y él se había encargado del rubro legal junto a un abogado, ya en unos días el culpable sería encarcelado y cumpliría una gran condena.

Espero que se muera ahí.

Había encontrado no solo un expediente criminal extenso de multas no pagadas y robos menores, sino también las diferentes denuncias por violación que había a su nombre y ninguna de ellas había procedido como debería. Eso le había inquietado tanto que se juró que la de Sunoo si procedería y que de paso, haría que lo condenen por las otras también.

Había sido un mes exhaustivo, había tenido reuniones con las familias afectadas junto a su abogado, había llenado papeles casi todos los días, atendí a todas las clases de la universidad, se había hecho cargo de la casa y había cuidado a Sunoo, quien recién estaba sintiendo confianza en salir de casa. Estaba bien, estaba bien con todo ello porque tenía que ver con Sunoo y quería verlo feliz nuevamente. Su pequeño había vuelto a tener esa amorosa chispa en los ojos, la había extrañado tanto.

—Ahora eres tú el que parece perdido—. Escuchó a sus espaldas mientras unas manos se colaban debajo de su camiseta y lo abrazaban—. ¿Irás a la universidad hoy, verdad?

Asintió, ambos sabían que sí. Se quedaron en silencio unos minutos hasta que el menor volvió a romperlo—. ¿Puedo decirle a Riki que venga?