Familia

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Por casi tres meses la situación no varió mucho. Con la muerte de Pedro, el grupo de Rhys Connor no atacó de manera directa el interior del territorio, los únicos conflictos que tuvimos que sobrellevar fueron en la frontera del oeste. En la otra mano, las transacciones con Connor se reanudaron y la venta de Luna fue tan proliferante como habíamos especulado. Aunado a esto, nuestra propia producción iba a un ritmo elevado por lo que los ingresos aumentaron entre un treinta y un treinta y tres por ciento. Todavía buscábamos destruir a los sobrevivientes de los Saltamontes Azules, pero había decidido esperar a que ellos dieran el primer paso. Por cualquier lado que viera la situación, no podía ir mejor.

Sin embargo, en el aspecto personal, las cosas iban en decadencia. Charlie había entrado al grupo y ahora era parte de una de las escoltas de defensa. Y, como lo había esperado, el muchacho solía mantener conversación conmigo y hacía invitaciones constantes para pasar el tiempo en privado. No era una molestia escuchar sus palabras, pues solía ser muy respetuoso. Además, era un chico bueno y divertido. El problema radicaba en que yo hacía un intento mayor por evitar algo más cercano a una amistad y me tomaba un poco de trabajo debido a la situación que se había desarrollado con Blake.

En los tres meses de relación formal con Blake, había descubierto que no había un interés de su parte en algunas cosas. Por supuesto, habíamos aprendido de ambos. Por ejemplo, como que él tenía un hermano menor, era originario del país Thermos y que su familia pertenecía a una especie de secta religiosa de esas extremistas. También había descubierto que no tenía placer por probar la comida dulce ni de socializar en eventos masivos. Blake era una persona que prefería estudiar en lugar de pasar sus ratos libres en actividades recreativas comunes. Era una persona que leía mucho, era muy cínico, admiraba el arte visual, la musical, así como la literatura clásica. Blake no era mucho de palabras cuando la conversación no era de su interés y era autodidacta. Existían grandes diferencias entre ambos. Yo era muy expresivo, me gustaba socializar con la gente ya que había aprendido que era parte esencial de mi trabajo. Me gustaba pasar los ratos libres con algún tipo de juego como el dominó, las cartas, apuestas, o cazar. Blake odiaba tomar riesgos innecesarios, y yo no. Por supuesto, procuraba no hacerlo en mi trabajo. Mierda, era más que obvio que lo nuestro no iba a ningún lugar. Sí, sé que muchas parejas con personalidades distintas pueden coexistir y vivir en paz, pero ese no era el problema con Blake. Nuestra situación era difícil de digerir por nuestros trabajos y en el poco tiempo que teníamos para vernos había otro problema que yo ya no toleraba. Blake no demostraba detalles románticos y creía que lo único que quería era sexo. Otra vez, para mí, la relación había caído en ese tipo de interacción. Ahora hablábamos más, pero no había momentos sencillos como pequeños detalles que pudieran hacerme creer que Blake deseara que nuestra relación profundizara o dejara de parecer como si fuéramos simples amantes sin ataduras. Me preguntaba una y otra vez, ¿a caso nuestra relación sería así siempre? No podía aceptar más este tipo de interacción.

Mi mente regresó al momento actual. Estaba sentado frente al escritorio con un montón de papeles por revisar para los siguientes negocios. Suspiré, tomé una carpeta azul y hojeé el contenido. En un mes más tendría una reunión con Connor para analizar el negocio actual y hablar de proyecciones. Además, ambos buscábamos destruir a Rhys para después iniciar una guerra contra Don B y Jamie. Sí, era consciente de que nuestras ambiciones se expandían con mucha velocidad y que los riesgos de una guerra a escala nacional nos metería en graves problemas.

De manera suave, la puerta fue tocada y abierta. Charles y Princesa ingresaron a la oficina y se sentaron en las sillas frente a mí. Dejé la carpeta en su lugar y aguardé un poco.

—Jefe, traigo el informe sobre un nuevo cliente que ha contactado con nosotros. Es un grupo pequeño del Distrito de Vermillen —Princesa habló con un tono suave y colocó una carpeta rosada en el escritorio—. Me gustaría que lo revisaras con detenimiento, ya que estamos hablando del territorio del cabrón de Jamie Muller.

El Dragón del EsteWhere stories live. Discover now