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Taehyung dio unos pasos adelante, llevado por Yeontan, quien agitaba su pequeña cola de un lado a otro muy emocionado por ver a Jungkook. Yoongi retrocedió por instinto, sin quitarle los ojos de encima al dueño del cachorro. Pasó saliva con dificultad.

—Jimin, ¿todo bien? —preguntó el menor de los cuatro.

—¿Conoces a este acosador? —cuestionó Jimin con una mirada inquisitiva hacia su vecino, Jungkook. Yoongi devolvió su mirada hacia el rubio y, soltando un pesado suspiro, revoleó los ojos. Jeon parpadeó, fuera del planeta por unos segundos, hasta que un cachorro se le trepó a las piernas y lo hizo reaccionar.

—No —contestó. Movió la cabeza—. Digo, sí, pero hyung no es un-

—No soy un acosador, Jimin, ¿de qué estás hablando?

El mencionado frunció los labios, molesto. Taehyung se acercó a él y le tomó despacio del brazo; su mejor amigo tenía el rostro rojo, se veía incómodo, irritado, pero... en sus ojos había algo más.

—¿Es él? —le preguntó en voz baja. Jimin bufó. Se zafó de su amigo sin tosquedad y caminó hacia el ascensor para bajar a botar las bolsas que tenía en las manos. Esperaba que a su regreso no tuviese que encontrar de nuevo al doctor. Sería mejor pensar que solo había alucinado, que realmente no lo había vuelto a ver. Y ya.

Yoongi dio apenas un paso adelante, dispuesto a ir por el rubio, cuando Taehyung lo detuvo sujetándolo del brazo.

—Será mejor que no vaya por él —dijo.

Jungkook los observaba a un metro de distancia, no se atrevía a decir algo... Taehyung lucía muy serio, contrario a como siempre lo había visto, sonriente y risueño. Devolvió su mirada a su mayor, quien estaba inmóvil.

Con Taehyung sujetándole sin fuerza, pero firmeza del brazo, Min Yoongi no se atrevía a hacer movimiento alguno.

—Quiero... quiero hablar con él. Necesito hablar con él.

—No creo que sea el mejor momento.

—Jimin-

—Señor Min —dijo. Su voz era suave, pero firme—. No es el mejor momento.

Al escritor se le escarapeló el cuerpo. Tomó a Yeontan en los brazos y se acercó a su mayor para pedirle que ingresaran a su departamento de una buena vez; no quería que se armara una discusión con sus vecinos. No cuando apenas se estaban volviendo buenos amigos.

Se amarró la lengua para no soltar preguntas porque no era el momento. ¿De donde conocería Yoongi a Park Jimin? Esa sí que era una gran sorpresa. ¡Qué pequeño es el mundo! Y un claro ejemplo fue conocer a Taehyung.

Pero que Yoongi conociera a su vecino ya lo hacía cuestionar un poco más la vida y sus coincidencias.

—Hyung, quizá puedan hablar después —propuso, sin atreverse a mirar a Taehyung, con lo molesto que parecía estar—, con más calma.

El doctor pareció pensarlo un poco, pero terminó por negar. Jungkook lo vio aterrado y el horror le recorrió el cuerpo cuando Taehyung alzó una ceja. Yoongi se paró frente a él, mirándolo a los ojos.

—Si Jimin quiere que me vaya, entonces no lo molestaré de nuevo.

No podía perder una oportunidad como esa, de tenerlo cara a cara. Probablemente fuese la última que tuviese de ver tan cerca a Park y, solo si él lo rechazaba una vez más, no insistiría de nuevo en hablar con él. Jimin le gustaba mucho, como nadie le había gustado antes, pero no era un loco obsesivo y prefería que no se quedara con esa imagen de él. Tenía los nervios de punta, no iba negarlo, estaba ansioso y Taehyung no hacía que se sintiera mejor. El mejor amigo de Jimin lucía como si estuviese perdiendo la paciencia y el doctor, tristemente, no podía evitar ver a Younghoon delante suyo.

All of my LifeOù les histoires vivent. Découvrez maintenant