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Y aquí estaba yo de nuevo, sentada en una cómoda silla, observando al director mientras él nos examinaba con atención, buscando respuestas

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Y aquí estaba yo de nuevo, sentada en una cómoda silla, observando al director mientras él nos examinaba con atención, buscando respuestas.

A mi lado derecho estaba Logan, mirando despreocupadamente un cuadro ubicado en la pared. Él tenía una bolsa de hielo sobre la mejilla y cada cinco segundos fulminaba con la mirada al chico que estaba sentado junto a mí. Zach mantenía la mirada fija en los ojos azules del director, él también tenía un moretón debajo de su boca y otro en su pómulo, sus nudillos estaban ensangrentados, pero no parecía dolerle o quizá fingía que no sentía nada.

—¿Y bien? ¿Alguno de los tres me explicará qué sucedió en el salón de fiestas? —preguntó el director con mala cara mirando de uno a otro.

—Lo de siempre, Zach siendo Zach. Él comenzó a discutir conmigo por un asunto personal, nos peleamos y acabamos aquí, punto —se explicó Logan, pero su versión de lo ocurrido no pareció convencer al director.

—Joven Becker, ¿usted no dirá nada? —el director dirigió su mirada a él, quien justo en ese momento se pasaba los dedos por el cabello. Noté que sus nudillos tenían cortes y heridas con sangre. ¿Se los hizo él mismo o se lastimó cuando golpeó a Logan? Sí, eso era lo más lógico.

—No tengo nada que decir, el imbécil de Logan ya lo dijo todo. Si desea corroborar lo sucedido le recomiendo que busque otros testigos, Melodie no está involucrada —volteó a verme y después añadió—. Deje que se vaya.

Logan rodeó los ojos y soltó un suspiro exagerado.

—Odio darle la razón a este perdedor, pero estoy de acuerdo con lo que dijo, Hayley intentaba ayudar, pero ella no tiene nada que ver en la pelea, solamente fuimos nosotros.

El director se aclaró la garganta y habló.

—Me pregunto por qué la señorita Stone siempre se ve involucrada dentro de las peleas de los alumnos, es la segunda vez que...

—La dejará salir, ¿no? —lo interrumpió Zach, atrayendo la atención de todos—. Si la va a castigar quisiera recibir yo mismo su castigo, sea cual sea la sanción.

Me sentí confundida al escucharlo, se estaba comportando igual que la última vez que estuvimos aquí mismo. Él me estaba defendiendo.

—Está bien joven Becker, visto que usted parece estar empeñado en demostrar que la señorita Stone no estuvo relacionada con la pelea, la dejaré salir y no llamaré a sus padres —sus palabras fueron como un canto de ángeles para mis oídos. Tras decirlo miró a los chicos con seriedad y añadió—. En cuando a ustedes dos, tendrán que ir a detención las próximas tres semanas.

—¿No va a suspenderme? —exclamó Zach con incredulidad—. Vaya sorpresa.

El director vaciló un segundo y dijo con voz firme:

—Comprendo la situación por la que está pasando joven Becker, sé que no debe ser fácil, por ello le daré una oportunidad más.

No comprendí a qué se refería, pero me sentí aliviada de que no haya suspendido a Zach. Lo castigarían, pero no lo expulsarían y eso bastaba para tranquilizarme.

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