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Las clases siguieron su curso y el aburrimiento también

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Las clases siguieron su curso y el aburrimiento también. Yo solamente esperaba que esa pesadilla terminara pronto para ir a descansar a mi habitación, y afortunadamente así fue, ese mismo día en la tarde me dejé caer sobre la cama con la cabeza hecha un lío.

Al siguiente día estaba con las chicas en el comedor. Ellas discutían acerca de un tema que vimos en clase y yo las escuchaba en silencio mientras comía una mitad de sándwich, mirando un punto fijo en la pared.

—Hayley, alguien te está mirando —susurró Tara cerca de mi oído.

La miré y la encontré señalando disimuladamente en dirección a esa persona.

Volteé y al observarlo no pude creer que fuera cierto. Zach me miraba con atención desde el otro lado del comedor, no tenía duda de que sus pupilas estaban fijas en mí.

Al notar que también estaba mirándolo, él recargó sus brazos sobre la mesa y siguió observándome sin disimulo alguno, de un modo muy desconcertante.

—Zach te está mirando fijamente, seguro le gustas —exclamó Tara muy sonriente a mi lado.

—No digas eso en voz alta, pueden escucharte, además... Zach no me soporta, él y yo nos terminamos odiando desde la primera conversación que tuvimos —le confesé, sintiéndome un poco nerviosa.

—No lo entiendes Hayley. Zach nunca le presta atención a ninguna chica, no se interesa por nadie y tampoco habla con otros estudiantes, ese chico es un total misterio —me dijo Tara con seriedad—. Nunca he escuchado su voz, ¿Cómo es? ¿Suave, ronca, sensual, sexy? ¿de qué hablaron? ¿de qué color son sus ojos?

—¿A qué te refieres? No pude prestar atención a todos esos detalles en medio de la discusión, apenas y hemos cruzado un par de palabras y no fueron las palabras más agradables de mi vida, créeme —confesé.

Me sentía agobiada por su lluvia de preguntas.

Miré a Ashley disimuladamente, quien no había dicho una sola palabra desde que iniciamos aquella conversación.

—Él no me interesa en absoluto, es un arrogante grosero —les aseguré, mirándolas alternativamente y cruzando mis brazos sobre mi pecho.

—A mí me parece lindo —confesó Ashley. Soltó un largo suspiro y apoyó los brazos sobre la mesa.

La miré con los ojos en blanco y con un signo de interrogación plasmado en mi cara.

—Sí Ashley, él es atractivo y estoy segura de que su físico no deja indiferente a ninguna chica, pero su manera de conversar es desagradable, terriblemente desagradable, y además de eso su comportamiento es extraño, ¿acaso no han notado que se la pasa fumando todo el tiempo?

Tara apoyó las manos en la mesa y colocó su mentón sobre las mismas al mismo tiempo que asentía con su cabeza.

—Los chicos que fuman son irresistibles —admitió ella antes de beber un sorbo de su malteada.

PerdiéndonosWhere stories live. Discover now