-¿Tienes mamá?-Volvió a hablar y yo fruncí el ceño.

-¿Am si y tú?-Esa pregunta había sido un poco rara supongo que tenía.

-También tengo una o no lo sé-Hablo cabizbajo.

-¿Dónde está ella?

Aidan no me respondió y me había hecho entender que había preguntado de más, a veces solía ser muy imprudente y no pensaba las cosas antes de decirlas.

-Mejor pongamos atención a la clase, ya llegó el profesor-Yo asentí dejando el tema de lado, sin embargo me dejo pensando mucho en aquello que me había dicho.

(...)

La clase había terminado y no me fue muy mal que digamos, el profesor fue muy amable y nos explicó los ejercicios hasta 3 veces sin esperar que alguien le pregunte, el sabía que había alumnos que eran tímidos, y ahí estoy yo, por lo que volvía a explicar una y otra ves.

Me dirigía a la cafetería, seria la hora de almuerzo, Aidan salió antes que yo ya que me quede copiando algunas ecuaciones.

Fue entonces que pase por el área de baños, donde estaba el baño de varones y de mujeres. Algo llamó mi atención, pude reconocer que era un llanto que me parecía familiar, el sonido provenía del baño de los chicos.
No sabía si entrar o quedarme afuera, según el reglamento las mujeres no tenían permitido entrar al baño de los varones y viceversa.

Acerque mi oído a la puerta principal del baño de los hombres que se encontraba cerrada y fue ahí cuando reconocí el llanto, no lo dudé ni un segundo y me adentre al baño, busque la puerta de donde provenían los sollozos y la abrí de golpe.

Mis ojos se abrieron como platos al darme cuenta que mis hipótesis eran ciertas, era Aidan se encontraba sosteniendo sus rodillas con sus manos y los ojos llorosos y rojos.

Al verme se limpió rápidamente las lagrimas, tenía el ojo golpeado y entendí lo que había pasado. Me entristeció verlo de tal modo y rápidamente le hablé.

-Aidan que te paso, ¡¡¿Por que estás así?!!

-No tengo nada, no tienes permitido entrar aquí-Se levanto y yo lo seguí.

-Oye tu no estás bien-Hable detrás de él y volteó para mirarme.

-¿Fueron ellos verdad?-El asintió con la mirada baja.

-Ellos son los que más me molestan de todo el colegio-Con la voz quebrada me respondió y salió.

-Que te hicieron-Salí detrás de él.

-Me quitaron mi almuerzo, pero ya estoy acostumbrado a eso.

-Deberías avisar al director.

-El no hace nada, solo los suspende unos días y no quisieras saber lo que pasa cuando vuelven, se la desquitan conmigo y eso duele.

Llegamos a la cafetería y no pronuncié o pregunté algo durante el camino, eso era lo menos que quería hacer.

Al llegar Aidan se dio la vuelta para irse, no tenía para comer y le habían quitado lo poco que traía de dinero.

-¡Aidan espera!-El se dio la vuelta y esos ojos verdes me miraron con confusión.

-Y-Yo traigo suficiente comida, podemos compartir-Dije sacando mi almuerzo.

-Claro que no, es tu comida, yo no tengo hambre.

-Vamos Aidan se que tienes hambre, mi mamá dice que el almuerzo es una comida muy importante en el día al igual que el desayuno-Sonreí convenciéndolo.

-¿Segura?

-Aidan déjate de rodeos y entra-Lo jale del brazo sin mucha fuerza y nos adentramos a la cafetería. Esta estaba llena.

-¿Dónde nos sentaremos?-Preguntó Aidan.

-Supongo que no hay lugar.

-Yo se donde podemos ir-Esta ves Aidan me jalo del brazo sin dañarme y salimos de la cafetería.

-¿Donde?

-Solo sígueme

En eso dude un poco, donde iríamos me daba un poco de miedo aquel chico triste y callado pero dudosa acepte.
.
.
.
.
Hola, espero y estén bien y les este gustando esta historia, sé que he estado sin mucha actividad por aquí pero ya volví :)

Tengo planeado muchas cosas para esta historia y en serio espero que les guste.

No olviden votar y si pudieran comentar alguna opinión.

Nos vemos en el siguiente capítulo. Adiós <33

El chico de los ojos tristes (Aidan Gallagher)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora