Capítulo 2: Enfrentando problemas.

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Cuando el lunes llegó, Louis tomó el autobús escolar que lo condujo hacia su colegio. Charleston High School era una preparatoria en Portland Oregón donde la mayor parte del colegio se reconocían unos a otros. A menos que fuesen una persona cerrada, indispuesta a socializar como Louis y en su contario, únicamente poseer un amigo que lo acompañaba desde que ambos transcurrían la primaria.

Louis se sentía tan cohibido que, decidió ignorar los mensajes de su mejor amigo, llamadas e inclusive, su presencia en su casa durante todo el fin de semana, excusándose en que, tenía un trabajo el cual requería de su íntegra disposición. No quería que supiese el error que cometió el viernes por la noche y su vergüenza lo ahogaría en balbuceos y cavilaciones incoherentes.

Posicionando la capucha de su sudadera sobre su cabeza, caminó cabizbajo sobre el sendero atestado de hojas, e inspirando hondo, tomó la suficiente valentía que definitivamente no poseía entrando por las grandes puertas del colegio. El fin de semana había llegado a su fin, era lunes y Louis no podía seguir retrasando sus problemas. Había cometido un error agravante que recordaría por el resto de su vida, pero el tiempo no se detendría esperando a que sus mejillas dejasen de sonrojarse cada vez que recordaba aquel suceso.

Harry Styles no era una persona amigable, no era ni siquiera el ser humano con el que Louis mantendría una charla amena, llevadora o incluso duradera. En cada ocasión que Louis veía a Harry, el chico se encontraba con una expresión desinteresada, amargada, frívola y resentida. No podía comprender cómo es que terminó en la misma habitación que él. Era un eufemismo, una injuria.

Tomó con fuerza la correa de su mochila y resintiendo un pequeño dolor en su espalda baja, decidió que, terminando su primera hora tomaría otro analgésico. No comprendía lo que Styles le hizo, pero el dolor en sus caderas no era natural.

Louis caminó sobre los pasillos atestados de adolescentes molestos aún con la mirada gacha y deseó no encontrarse con Niall o Harry. Todavía, Louis no creía que Harry se acordara de él; probablemente el chico tuviese a una persona distinta cada noche en su habitación y despertase sin recordar las facciones o el nombre de aquella chica... o chico.

Cuando iba acercándose a su casillero, Louis levantó ligeramente su mirada y, Niall se encontraba allí parado, completamente rígido, esperándolo con los brazos cruzados y una expresión molesta. Louis entreabrió sus labios e intentó marcharse al aula, pero antes, su amigo giró en torno a él, encontrándose con su mirar iracundo. 

Avergonzadamente, Louis se aproximó a Niall y cuando estuvieron lo suficientemente cerca, su mejor amigo le propinó un golpe en el brazo, provocándole un dolor que se extendió sobre su hombro. Louis emitió un ligero alarido, adolorido.

—Hola a ti también. —Dijo sarcásticamente y trató de esbozar una pequeña sonrisa, pero la mirada que su amigo le estaba otorgando, le retorcía con un sentimiento de culpabilidad.

—¡Creí que te había sucedido algo! —Exclamó, entonando su acento irlandés en un cántico faustoso—. No contestaste mis mensajes, tampoco mis llamadas y cuando fui a tu casa, Angie me dijo que estabas trabajando. ¡Tú, definitivamente, no estabas trabajando pues, eran las malditas diez de la noche!

Louis sujetó con mayor impotencia las correas de su mochila y giró levemente su cabeza, temeroso a que alguien los estuviese escuchando, pero con la exclamación fuerte de su amigo, totalmente se percataron de su riña.

—Lo siento, yo... —su voz fue disminuyendo conforme ninguna idea surgió dentro de su cabeza. No sabía qué decir. No existía nada que decir—. Lo siento. —Repitió, con una mueca y abrió su casillero, evitando mirar la expresión consternada de Niall. De otra manera, se sentiría más culpable y humillado.

Under the sheets [ls]Where stories live. Discover now