Capítulo 1: Adolescentes en riesgo.

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Los errores más impensables son en los que la sociedad cree ser merecedora de opinar, objetar y criticar. Críticas que, se sustentan en prejuicios generados por temas que en su mayoría, no les concierne. No les atañe, y aún así, estarán persistiendo en hierro duro e inquebrantable. Doloroso; completamente dañino.

Toda su vida fue muy tenso, siguiendo reglas desde su infancia para ser merecedor de una beca prestigiosa en una universidad prestigiosa. Louis, tenía un plan. Tenía agendas, tenía calendarios que le demostraban si era apto para salir aquella noche o no.

Las personas le aburrían. Le fastidiaban. Las personas simplemente, le irritaban. Era un círculo vicioso del cual tenía que salir si deseaba ser una exitoso ingeniero informático en la Universidad de Columbia de Nueva York.

Algunos de sus familiares le criticaban su decisión pues, ellos creían que, esa carrera no era exclusiva para él, ya que, no poseía el suficiente intelecto para estudiarla. Después, su madre y padre defendían la postura y decisión de Louis, haciéndolo sentir querido. Apreciado. Amado.

Ellos no eran una familia adinerada, y Louis necesitaba trabajar medio tiempo en una pastelería; sin embargo, apreciaba cada momento suscitado con sus padres. Siendo hijo único, su vida consistía en escuela, trabajo, casa. Escuela, trabajo, casa y así sucesivamente. Cada maldito día de su maldita vida.

No obstante, no podía quejarse de su monotonía, no cuando él mismo fue quien se condenó a vivir aquello. No fue, sino hasta aquel día cuando decidió prescindir de sus reglas que, todo se arruinó. Para él y su moralidad. Para Louis y las consecuencias tan voluminosas que jamás creyó enfrentar a sus dieciocho años de edad.

Fue despertando con un dolor de cabeza que le martillaba desde su sien hasta la punta de sus dedos. Louis jamás creyó que la punta de los dedos de sus pies podrían doler. Sus sentidos sobre estimulados, sin enfocar su vista y un olor impregnándose fuertemente en sus fosas nasales con vehemencia. Con hedor.

Sintió un brazo alrededor de su cintura y unas piernas bastante largas enrolladas alrededor de las suyas. Un pecho fuerte por detrás lo sujetaba y un aliento chocando contra su nuca. Louis abrió fuertemente sus ojos y el dolor en su cabeza incrementó con avidez; cabizbajo, observó que, el brazo que lo sujetaba pertenecía a un chico de musculatura ancha.

Emitiendo un fuerte jadeo que se ahogó en su conmoción, Louis se removió, tratando de retirarse el brazo del chico desconocido sobre él.

Cuando la extremidad se aseguró en su cintura, sujetándolo con mayor ímpetu, sintió un ronco murmuro en su nuca—: No te muevas y déjame dormir.

Louis se tensó a un lado de él y sujetándose de la poca valentía que suponía poseer, cerró unos segundos sus ojos y finalmente, se giró, enfrentando la voz de aquel chico.

Toda su vida se ha mantenido alejado de las reuniones, fiestas, sesiones grupales, y de la sociedad en general, para evitar conmociones que lo afectarían en un tiempo determinado. Posiblemente, Louis estuviese en un término erróneo con sus propias reglas, pero ahora mismo, la culpabilidad, la repugnancia y la confusión lo invadían, cubriéndolo en desesperanza.

Sintió un dolor en su estómago, que se apretó, apretó y apretó, hasta que consiguió asfixiarlo en desasosiego. ¿Qué demonios había hecho?

—No, no, no —susurró errático cuando descubrió de quién se trataba—. No tú.

Cabello totalmente negro cayendo sobre su frente, cubriendo parte de sus orejas. Labios rosados, fruncidos y nariz suave. Recta; con unas delicadas mejillas que parecían contrastar una mancha rojiza debido a la almohada. Quijada completamente cerrada, pareciendo que en un sueño sus muelas chocaban entre sí. Y Louis... Louis sabía de qué color eran aquellos ojos. Totalmente verdes, tan verdes que, a veces, cambiaban con el color de prenda que vestía. Un término banal, pero completamente cierto.

Under the sheets [ls]Where stories live. Discover now