JeongHan y JiSoo vivieron con una promesa.
Como líderes de la organización clandestina más temida de Corea, son criminales. Son malas personas. Pero a ellos nunca les importó. Lucharon por un propósito y ese era deshacerse de toda la escoria del mun...
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Mierda.
SeungCheol se detuvo en seco y miró a su alrededor.
¿Dónde diablos estaba él?
Por mucho que se proclamara sabio de las calles, SeungCheol nunca antes había estado en este lado de la ciudad. Había quedado tan atrapado tratando de desahogarse de su conversación anterior, que no se dio cuenta de hacia dónde lo llevaban sus pies.
Se encontró en un área sucia y cuestionable. A pesar de que hacía sol, la atmósfera era oscura y pesada. No se sentía bien. Este era el lugar donde su madre siempre le decía que no se acercara. Podía entender por qué ella lo diría, este lugar gritaba peligro.
Después de respirar, sacó su teléfono, tratando de buscar la estación de tren más cercana, la parada de autobús más cercana, cualquier salida. Pero al universo le gustaba meterle mierda. Por lo tanto, no hubo señal. Así que siguió caminando, esperando encontrar un área con una señal o alguien que le dijera cuál es la salida.
Mientras continuaba deambulando por la zona, se sentía cada vez más incómodo. La mitad del vecindario parecía vivo, incluso con su exterior oxidado, pero algunas partes estaban muertas, vacías, como si hubieran estado abandonadas durante años. Al pasar por una tienda de música deteriorada, un sonido le hizo detener su movimiento.
Un sonido que definitivamente no quieres escuchar en un área peligrosa.
Un grito.
¿Dónde está él ahora? ¿En una película de terror?
A juzgar por el volumen del grito, estaba cerca de donde estaba la persona. SeungCheol escuchó pasos rápidos, acercándose a él constantemente y por un momento consideró correr. No tenía idea de quién vendría, podía pelear bastante bien pero había sido derrotado antes, no debería arriesgarse.
Mientras debatía su respuesta, la figura ya había doblado la esquina. A medida que se acercaban, SeungCheol se sintió aliviado al ver que era una mujer desarmada y aparentemente inofensiva, pero la expresión de puro terror grabada en su rostro era preocupante.
SeungCheol la agarró del brazo, manteniéndola en su lugar.
-"¿Qué pasó?"-. Preguntó, observando sus ojos que se abrieron de par en par y su cuerpo estaba temblando. Claramente, sucedió algo que asustó a la dama.
-"P-p-per-perso-pesonas... Pistolas... ¡el chico! In-intentó ayudarme, ¡todavía está allí!"-. Fue todo lo que pudo tartamudear. SeungCheol trató de entender lo que estaba diciendo pero no había mucha información en esa oración. En lugar de eso, soltó su brazo, dejándola correr a otro lugar que no fuera aquí.
Luego se escuchó un gemido en la dirección de donde venía la mujer. Como el idiota curioso que era, caminó con cuidado hacia la pared, mirando por la esquina. En el callejón vio a varios hombres, cinco de los cuales le daban la espalda y uno sostenía un arma, lo que SeungCheol supuso que era de lo que estaba hablando la mujer.
