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no, esa noche no tocaron el tema del amor, por más que hayan querido; había tiempo para saber si seguían rotos.

lo que los dos pensaban era que seguía igual, a pesar de que todo parecía lo mismo, aunque realmente todo hubiera cambiado.

chan contaba chistes malos y félix se reía, sus charlas y preguntas fluían, algunas contestadas otras por el momento no, chris sacaba su lado filosófico y félix lo escuchaba, dando su opinión al final. debates de lo que pensaban y cosas sin sentido. parecía que los años no habían pasado y como si jamás hubiesen estado separados.

ya siendo las 23 pm casi el inicio de otro día, chan vio su reloj y decidió que era tarde.

— lix- digo, félix, es hora de irme...

a félix no se le escapó el detalle de que casi dice chris y eso lo hizo sonreír internamente. pero no quería que se fuera... no de nuevo, pensaba que lo iba a abandonar de nuevo, por lo que no lloró, pero su rostro volvía a ser duro y serio.

— esta bien. — dijo seco y se levantó, fue a abrirle la puerta a chan.

chan no era tonto, conocía al menor como la palma de su mano, el cambio de actitud que tuvo fue demasiado repentino.

— félix, felixie, lixie... look at me (mírame). — chan luchaba para que el otro le dirigiera una mísera mirada y félix luchaba consigo mismo hasta que no pudo más y conectó ambas miradas. — vamos a volver a vernos, vendré de nuevo...

— te irás de nuevo... lo sé — dijo con la voz rota.

y eso lastimó mucho a chan, porque sabía que era su culpa, el que felix desconfiara de él. lo abrazó fuerte, muy fuerte, escondiendo su cabeza en el hueco de su cuello, aspirando su aroma, tan cálido...

— no te pido que confíes en mí de nuevo, tan rápido. te lastimé, lo sé mejor que nadie, pero espero y puedas darme una nueva oportunidad, una más e intentaré arreglarlo.

solo podía escucharlo, no quería contestar, solo quería que los fuertes brazos del pálido lo sostuvieran eternamente.

«lixie, dame una respuesta, te lo ruego. mi corazón no puede con tu silencio...»

— está bien, hyung, te estaré esperando mañana...

confió una vez más, entregando todo de sí y su lastimado corazón al único hombre al que le pertenecía.

— descansa, mañana desayunaremos juntos, ¿bien?

— ¡sí! — sonrió sinceramente al mayor — ¿un abrazo más?

se despidieron una vez más, con un abrazo. pero esta vez con una promesa, un hasta mañana y dos corazones agitados.

chan ingresó a su casa, la cena estaba servida y velas apagadas la rodeaban, estaba tan entusiasmado por félix, que olvido por completo su aniversario.

el cuarto estaba a oscuras, pero sana seguía despierta.

— lo siento, cariño — dijo chris.

— no hay problema, seguro tuviste mucho trabajo, ¿no?

— mmh, demasiado, estoy muy cansado. ¿te lo compensaré, ¿sí? — dijo buscando su mirada en la oscuridad.

logró oír un corto "sí" como respuesta, sana realmente estaba triste.

chris durmió con una sonrisa en el rostro, estaba feliz.

mientras que la mujer que descansaba a su lado, caía en cuenta que su esposo no la amaba, que no lo haría nunca. porque él era transparente, no se molestaba en fingir, aun así, no dolía como creería que debería.

félix se acostó con la esperanza clavada en sus ojos, pensó que la había perdido hace mucho, pero hace solo unas horas chan se la devolvió con una simple sonrisa. y de nuevo, era el félix feliz, adorable, radiante, enamorado.

aunque la desconfianza no desaparecería tan fácilmente, era valiente y como aquella vez, viviría al máximo, todo lo que la vida y el destino quisieran regalarle de chan.

desde ahora en adelante iba a hacer su vida, un verano en italia, un verano eterno, en verdad deseaba que esta vez fuera eterno.

iba a disfrutar, ser feliz y esperaba que nada se lo arruinase.



q lindo todo ¿verdad?:( me da una penita Sana, pero así va la historia, espero hayan disfrutado. no olviden su estrellita y comentar ^_^

—ale<3

call me by your name ; chanlixWhere stories live. Discover now