05.

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            Aún eran las 11:30pm, félix estaba en el balcón de su habitación, viendo como la pareja se retiraba y sus padres se despedían.

Su cabeza seguía dando vueltas, solo podía pensar en bangchan, nunca pensó que alguien podría ocupar ese espacio en su cerebro, todo su cerebro.

el reloj en su mesa de noche, solo hacía, tic, tac, tic, tac.

por su cabeza solo pasaba, ¿qué le diría chan cuando lo vea? ¿cómo reaccionaría con su presencia? ¿chris también lo extraño tanto como él? y con su mente martirizándose con esas preguntas, la hora llegó, era hora de la verdad.

...

12:00 pm en punto, una noche calurosa de verano, con una pequeña brisa proveniente de las ventanas de aquella habitación. Bang Chan estaba apoyado en el barandal, fumando un cigarrillo, esperando...

Félix se levantó y con el corazón en la boca, con su decisión tomada, se dirigió sigilosamente a la habitación de al lado, donde el hombre de sus sueños lo esperaba.

Entró y cerró la puerta, por fin pudo verlo, de espaldas, pero lo vio.

Cuando ya estuvo a su lado, ubicó sus manos en la baranda y no pasó mucho para que sus manos sintieran el calor de las contrarias, su toque era suave, transmitía miedo, pero el cariño que irradiaba era tan sincero, que no podía concentrarse en otra cosa.

Estaba calmado, tranquilo.

No, a la mierda la tranquilidad.

Se abalanzó sobre los labios del mayor, lo besó, besó aquellos belfos que lo traían loco, con la calidez de aquella noche de verano, besó a chris con intensidad, no soportaba más.

un baile alrededor de una fogata en la estación cálida, era lo que llevaban a cabo sus bocas, reencontrándose y sintiendo sus sabores, un sabor a tabaco junto a uno de satisfacción por parte de ambos.

Y volviendo a su lugar, decidieron hablar.

—te extrañe...—susurró en un volumen casi inaudible, el menor de los dos.

—yo...te extrañé también, no te haces una idea de cuanto lo hice. —pronunció en respuesta Chan.

—No quiero...no puedo estar sin ti. —susurró al borde del llanto Felix.

—No me iré, al menos no hasta que sea tiempo. —

—¿y después? ¿qué pasara cuando te vayas? —la angustia en aquellas palabras provenientes de la boca de Félix atravesó por completo a Chris, quien se limitaba a escuchar, no era una noche para preocuparse, era para disfrutar, amar, sobre todo demostrarse cuanto se amaban. Por lo que, lo único que pudo hacer, fue atrapar en sus brazos al rubio, un abrazo que los unía, que le demostraba que estaba ahí, que nada más importaba.

Volvió a besarlo, con todo el amor que podía darle, lo que podía darle, hasta que el tiempo se acabase. ese corto tiempo, en el que ambos aprendieron a amar, en el que encontraron algo bueno, en el que ambos se encontraron.

Se sentaron en la cama, la distancia los desesperó, pero con esa misma desesperación, siguieron besándose más y más.

Se amaron como jamás nadie había amado, se amaron con lágrimas y palabras estancadas en sus gargantas.

Algunos tenían su okay, su amor, su señal, sus costumbres con sus parejas.

Ellos tenían sus nombres.

call me by your name and I'll call you by mine. (llámame por tu nombre y yo te llamaré por el mío)—le dijo en un susurro, el castaño, mientras con sus manos tomaba el rostro contrario y posaba sus negros orbes en los azules de Félix, pensando en cómo estos le llamaron la atención desde un principio, que empezó a amar con el tiempo y que ahora son lo que más ama en el mundo y no se dan una idea de lo que su corazón sufre al verlos llenos de lágrimas.

—Félix—le dijo el rubio.

—Chris—respondió con una nostálgica sonrisa.

No, no se decían te amo, ni palabras de amor, pero lo sabían, se tenían el uno al otro, era más que suficiente.

Su forma de amar, de decirse te amo, era reconocerse el uno con el otro...

call me by your name ; chanlixWhere stories live. Discover now