Prólogo.

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se encontraba en su habitación, con resaca...si, resaca. la fiesta que ofreció changbin la noche anterior lo había dejado mal.

era joven, estaba en todo su derecho, tenía 17, amigos y era atractivo, que más podía pedir.

se oyeron algunas voces desde las afueras de la casa, se asomó un poco por el balcón, visualizó a sus padres y al nuevo aprendiz de escritor de los mismos.

sus padres eran escritores famosos, cada verano recibían estudiantes y aspirantes a escritores, para recibir asesoramiento de ellos y pasar unas buenas vacaciones.

—hijo ¿podrías bajar? quiero presentarte a nuestra nueva visita. —pronunció su padre viéndolo desde la planta baja.

bajó a paso lento, deslizándose por aquellas barandillas, dando pequeños saltos hasta llegar a la gran sala de estar para ver a un hombre, mínimo de 25 años y hablando animadamente con sus padres.

—hola, soy lee félix, un gusto—extendió su mano hacia el hombre en frente, sonriendo lo más amablemente posible y moviendo ligeramente sus pies.

—el gusto es mío, bang christopher chan. —el otro correspondió su saludo y sonriendo de igual manera.

"usurpador" pensó felix.

...

a félix, no le agradaban del todo los invitados, todos los años invadían su casa a arruinar su verano, expresaba su sonrisa de pocos amigos y la agresividad al abrir la puerta de la que sería su habitación y la del señor.

—esta es mi habitación y pasando el baño, está la tuya, puedes dejar tus cosas en la cama y acomodar tu ropa en el armario. —

—muchas gracias, voy a dormir, bajaré para la cena—pronunció vagamente chris, dirigiéndose a su cama y dejándose caer en brazos de morfeo.

...

yacían varios días desde la llegada de chan a su casa, su actitud hacia él era arista, distante, casi ni se hablaban, cuando lo hacían era de forma vaga y sin importancia.

se centraba principalmente en su música y en escribir canciones, se podía decir que era muy bueno cuando de música se trataba.

sus padres habían notado el disgusto de su hijo con el invitado, le pidieron que intente llevarse bien con él.

por lo que se encontraban en un jardín muy lindo cerca de la zona, chicas y chicos tomando sol, bebiendo y jugando un partido de vóleibol era lo que se veía en el panorama.

el calor era simplemente, insoportable, su linda piel blanquecina no podía soportarlo.

pero toda incomodidad por el calor, se vio dispersa, cuando vio el tonificado cuerpo que poseía bangchan, la piel blanquecina brillando con el sol, se llevó su atención completamente.

—hey! lixie ¿podrías pasarme una botella de agua? —pidió una de las chicas que estaban tomando sol cerca de él.

tomó una botella de agua, dispuesto a entregársela, pero se vio impedido cuando fue arrebatada de sus manos.

—gracias, felix, estaba realmente sediento—dijo bang, sonriendo de forma cálida.

—no era para ti—respondió el menor, con clara molestia.

—pero, qué más da—se acercó un poco devolviendo la botella—¿por qué estas tan tenso? —

las grandes y venosas manos de chris, llegaron a su espalda, pasando sus dedos por la columna vertebral, hasta llegar un poco más abajo de los hombros, masajeando con suavidad esta parte. al parecer este acto puso mucho más tenso a felix y apenas pudo masajear un músculo, cuando su mano fue retirada de forma brusca. el tacto del castaño en su cuerpo, era increíble, podía sentir que estaba en un sueño, más no lo diría ni comentaría, nunca.

—umh...ryujin! ven un momento—la chica se acercó y preguntó que pasaba—felix está muy tenso, intenta masajear justo aquí.

y se separó de ambos jóvenes, dejando al rubio estático, preguntándose internamente, porqué las manos del mayor se sentían tan jodidamente bien tocando su piel...

—ryu, no hace falta, gracias—salió casi corriendo del lugar, confundido, con muchas preguntas, que le cayeron como un balde de agua fría en invierno.

...

y chan...en lo único en lo que pensaba, era en el más pequeño, sus lindos ojos color café, en los mechones rubios que se deslizaban por su frente, en los pequeños rosados labios que poseía. que tanto ansiaba besar...en la pequeña cintura y lindas caderas que se acomodaban perfectamente a su rostro.

sus ojos habían estado puestos en él, desde el momento en que sus miradas chocaron, vaya que lo hizo. no lograba entender la actitud de felix con él, lo había visto con otras personas, no lo trataba ni remotamente parecido.

intentó dejar alguna señal sutil, para ver la reacción del rubio, pero con la mirada aterradora que puso el más pequeño cuando posó su mano en sus hombros, estaba más que seguro que esa tensión, solo la estaba sintiendo él.

...

call me by your name ; chanlixDonde viven las historias. Descúbrelo ahora