10.

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no lloró frente a su padre hasta que estuvieron a solas.

— hijo, si quieres hablar hazlo si no es así escucha, ¿sí? —

félix estaba ido, pero le tomaba atención.

— tú y chris tuvieron una preciosa amistad, quizás algo más y no te haces idea de lo mucho que te envidio. — miró a su padre y solo siguió escuchando. — fuiste valiente al hablar y no morir, al hablar y no callarte, al animarte a amar a pesar del sufrimiento, pero de eso se trata, ¿sabes? de sentir, de vivir, de lanzarse a lo que uno quiere y desea, la mayoría de los padres espera a que el sufrimiento de su hijo pase, yo no, si hay dolor lo alimentaré, si hay una llama no la apagaré. No seas cruel contigo mismo, yo no lo hice porque fui un cobarde, no aproveche el remolino de emociones que te regala la juventud. Pero estoy orgulloso de que tú si, nunca dejes de sentir, nunca dejes de amar, porque cuando llegues a una edad adulta en la que te estanques... la intensidad de aquellos sentimientos se disipará, nos queremos despojar de tanto con tal de curarnos rápido que a una temprana edad tenemos mucho menos que ofrecer. te amo y con todo lo que te hace te hace tú, eres lo mejor de mi vida, sé valiente hijo.

félix no se esperaba nada de eso, las lagrimas en sus ojos caían sin cesar.

...

desde que bang se fue, lixie no era el mismo, se sentía vacío y a la espera, no sabía a que esperaba porque no hubo ninguna promesa, pero su corazón esperaba que algún día regresara.

había madurado bastante, pero al fin y al cabo estaba a punto de cumplir 18 años.

más de una temporada había pasado, era invierno, era diciembre, navidad.

félix volvía de hacer unas compras, con sus audífonos en sus oídos escuchando música, con la angustia latente dentro de él pero muy resguardada, suficiente para que solo él se diera cuenta.

sus padres estaban haciendo la cena y ordenando la mesa.

ring ring.

no hacía falta que sus padres le dijeran que atendiera, los ultimos meses había atendido cada una de las llamadas, esperando la de chris.

— ¿hola? — casi siempre contestaba con miedo.

— ¿hola? ¿félix? — después de tantos meses era él, sintió su corazón detenerse y en sus ojos las lagrimas se acumulaban.

— c-chris, hola, hola, ¿cómo estas?

— bien, he estado bien, ¿tú?

— sí, bien bien.

ambos se mentían a ellos mismos, sus corazones separados no eran para nada lo mismo.

— cariño, ¿quién es?

— mamá, es chris.—dijo emocionado.

— oh, ya nos conectamos a la línea. — alzó el otro teléfono y ahora los tres escuchaban al australiano que llamaba.

— hijo, ¿cómo estas? ¿estás bien?

— sí...¿ustedes?

—¡bien! cuéntanos algo, hijo, que ha pasado.

— justo por eso los llamaba, en dos meses me caso — sus palabras golpearon a todos en la sala, sumidos en un triste silencio — ¿están ahi? y como son importantes para mí quería invitarlos.

— gracias por acordarte, significa mucho — pudo contestar su padre — te dejamos con lixie, para que hablen.

sus labios estaban sellados, ni una sola palabra podía escaparse, solo ellos dos sabían...

— félix, félix, félix, félix, félix — insistía el rubio — félix, félix, félix, félix...

hasta que se escucho un sollozo y un suspiro del todo.

— chan...

fue el momento en el que volvió en sí.

— no lo he olvidado, nada de lo que pasamos...

— te amo — dijo con lo que le quedaba de fuerza, soltando todo eso que tenía atrapado. mientras que bangchan nunca las diría, no me malentiendan, él amaba con todo su corazón a félix, pero nunca se lo diría no quería lastimarlo más.

— debo irme, lo lamento.

rompió en llanto una vez más pero en silencio, con los ojos rojos y sus preciosas mejillas enrojecidas por las lagrimas, no pensó que dolería tanto. le dolía todo, le dolía la cabeza, la garganta, el pecho, todo le dolía.

el vacío era atemorizante, otra parte de él se iba con chris, una vez más. su esperanza se guardó tímidamente y las ideas en su cabeza eran totalmente diferentes.

— hijo, la cena esta servida.

no se levantó de donde estaba, no se movió un solo centímetro.

lloró porque lo extrañaba.

lloró porque chris iba a iniciar de nuevo.

lloró por todas las noches que no durmió y por las llamadas que esperó.

lloró porque chan usurpo su corazón.

lloró porque lo amaba.

y el amor que tenían era demasiado grande, ambos lloraban.

pero fueron valientes, sintieron con su alma, amaron con el corazón, se dieron todo lo que pudieron y se llamaron el uno al otro.




desaparecí 8 años, pero ya volví, esperemos pueda publicar capítulos diarios estos días. este es el fin de la primera parte, ¡ojalá hayan disfrutado!

— ale. 








call me by your name ; chanlixWhere stories live. Discover now