ｎｉｎ̃ｅｒａ ~𝗧𝗮𝗸𝗮𝘀𝗵𝗶 𝗠𝗶𝘁𝘀𝘂𝘆𝗮 𝘅 𝗢𝗰~

Capítulo 38

| Final |

• Eva •

Abrí mis ojos lentamente. Lo primero que vi fueron unas luces blancas que me hicieron cerrar los ojos nuevamente por unos segundos moviendo un poco mi cabeza antes de despertar del todo.

Al abrir mis ojos completamente estaba confundida, ¿en donde estoy? ¿Y por qué? En este momento no entendí absolutamente nada hasta que alguien entró por la puerta del cuarto de hospital en el cual me encontraba, una enfermera, ella sonrió.

-hola, ¿Eva, verdad? -yo asentí.

-si, soy yo... -respondí comenzando a despertarme un poco más- disculpe, ¿qué sucedió...?

-llegó aquí junto con un joven, ambos en un estado grave, pero usted con una profunda herida en la parte de su abdomen por un lado, perdió mucha sangre así que estuvo un día en recuperación, por suerte la pudimos salvar, su tía... -reviso una oja- Enire, donó sangre para su recuperación, aunque necesita estar unos días en reposo y observación en el hospital.

Entonces recordé lo de Owen, Takashi, y como me cargó en su espalda para llegar aquí.

Dios... ¿en serio sigo con vida? Quería llorar... no de tristeza. Esta vez no voy a llorar por ser la única que queda viva, esta vez estoy feliz de estarlo, porque sé que hay gente a la que le importo y tengo muchos planes a futuro. Pero... en serio pensé que no llegaríamos.

Estoy volviendo a ser feliz, no quería morir aún.

Sin aguantarlo más, unas pocas lágrimas comenzaron a caer por la emoción.

-disculpe... -hablé con una voz entre cortada- ¿Takashi Mitsuya, está aquí? -pregunté.

-si... él joven también estuvo bastante grave, ahora está en reposo pero a estado en silla de ruedas por el hospital, ya que así puede movilizarse.

-ya veo... me alegro. -sonreí de forma algo débil, seguía sintiéndome cansada.

-¿quiere que lo llame? -yo asentí.

-si, por favor.

La enfermera salió del cuarto, yo miré a mi alrededor dándome cuenta que en mi mano tenía una aguja la cual estaba conectada a esa típica bolsita de hospital que creo que era suero, tenía puesta lo que parecía ser una bata y de momento no quería ver mi herida. Estaba con mantas blancas, aunque en si el hospital ya tenía calefacción, pude ver como en una mesa a mi lado estaba mi móvil y algo de dinero que había llevado en el bolsillo de mis prendas, no estaba mi ropa, pero no me molestó mucho, mis zapatos estaban ahí.

En estos momentos estaba acostada con una pequeña luz de noche a mi lado, ¿qué hora será? Estoy muy perdida. Tomé un pequeño cable con unos botones, y luego de verlos por unos segundos, hice la cama más hacia arriba para estar más sentada y no tan acostada.

De pronto, miré al frente cuando vi como alguien entraba por la puerta. Takashi venía en una silla de ruedas, sus ojos estaban algo llorosos y tenía una vendas en su cabeza, al verme no sonrió, pero parecía nervioso, sorprendido y... podía notar su mirada algo triste.

Le sonreí y él imitó mi sonrisa mientras sus ojos se cristalizaban y su ceño se fruncia de manera triste. Se acercó con su silla de ruedas colocándose a mi lado, yo quise moverme hacia adelante para abrazarlo, pero me detuvo.

-con cuidado... recién estas despertando. -sonaba nervioso- ¿cómo estás linda? -me dió la mano, la cual beso un par de veces para luego acariciarla mientras sonreía.