ｎｉｎ̃ｅｒａ ~𝗧𝗮𝗸𝗮𝘀𝗵𝗶 𝗠𝗶𝘁𝘀𝘂𝘆𝗮 𝘅 𝗢𝗰~

Capítulo 8

| Parque |

Me encontraba acostada en mi cama con un pequeño dolor en el pecho mientras miraba hacia arriba el ahora oscuro techo de mi habitación, era de madrugada y aún no había podido dormir, pero no tenía prisa, ya que era día Sábado prácticamente.

En estos momentos... solo pensaba en mi, en mi futuro, en la sonrisa de mi madre y hermano, en el más allá y en la actualidad, ¿realmente valgo la pena? ¿Esto lo vale? ¿Qué pasará conmigo? ¿Soy importante? ¿Tendré futuro? Realmente me gustaría encontrar una respuesta a esas preguntas, pero por ahora al menos tenía un trabajo, a pesar de que ya no le veo mucho el sentido hablando por la parte de el dinero, mi padre se lo gasta en alcohol, ¿será así siempre? No me he atrevido a preguntarle, nuestro lazo no es muy fuerte, lo único que ahora me motiva a seguir trabajando son Mitsuya y esas dos niñas... después de todo, ¿quien las cuidaría? Además me encariñe con ellas a pesar de que solo es trabajo, realmente me gusta trabajar ahí, me he sentido menos sola, y desde que le conté a Mitsuya lo del accidente, me he sentido con menos culpa.

Suspiré, ¿qué estoy pensando? ¿Por qué me desahogo aquí? Lo mejor será ir a dormir.

~•••~

Cuando desperté, me quedé un tiempo mirando a la nada para luego con algo de pereza levantarme e ir hacía el baño a lavar mis dientes, no me gustaba esperar para lavarlos cuando me despertaba.

-buenos días papá. -lo saludé mientras buscaba cosas para hacerme el desayuno en la cocina.

-buenos días, Eva... -leía el periódico como siempre.

Dejé mis cosas en la mesa para comenzar a comer, le di una mirada rápida para darme cuenta de que tenía unas ojeras bastante notorias en sus ojos, pero decidí no preguntar.

-me preguntaba... ¿podemos ver una película hoy en la noche? -le sonreí.

-jhm... ¿película? -guardó su periódico.

-si... una de comedia o algo así. -comí de mi cereal.

-lo siento Eva... tengo que salir hoy a la noche.

-pero es... Sábado.

-lo sé hija, pero tengo algunas cosas que hacer. -que no sea lo que pienso.

-esta bien... -miré el plato de mi padre- ¿no tienes hambre?

-¿huh? ¿Por qué?

-tu plato... está lleno. -le apunté con la cabeza.

-oh, cierto... -comenzó a tomar de su café mientras se hacía la tostada con los condimentos que tenía cerca.

Nos quedamos en silencio hasta que terminamos de comer, pero ninguno se levantó de la mesa, tampoco nos miramos o hablamos de algo.

-bien... iré a la ducha. -habló mi padre levantándose de la mesa, yo asentí.

Una vez fue, decidí lavar los platos mientras ordenaba la mesa, después de todo éramos solo nosotros.

Fui hacia mi habitación acostandome en la cama un rato más mientras abrazaba el osito que me había dado Mitsuya, a la vez veía mi móvil.