Capítulo 3

41.8K 4.2K 9.7K
                                    

| Comodidad |

-basta, Eva es solo un libro, puedo comprártelo después.

-¡a mi hermano si le compraste lo que él quería mamá! -reclamé cruzada de brazos.

-podemos compartir de mi chocolate. -me ofreció desde el asiento de atrás mientras se quitaba su cinturón de seguridad.

-¡no quiero! -le di un manotazo al chocolate- ¡te pedí algo, dijiste que esta vez lo comprarías!

-Eva estoy lo suficientemente estresada para ahora discutir contigo. Dan, ponte el cinturón por favor. -le pidió a mi hermano.

-lo entiendo, ¡pero me llevas diciendo hace meses que lo comprarías y nunca lo haces! ¡y a mi hermano siempre...!

-¡Eva ya guarda silencio! ¡te comportas como una niña pequeña! -se dió vuelta para enfrentarme.

-¡CUIDADO! -escuché el grito de mi hermano justo detrás mío.

-¡AH! -me desperté sentándome de golpe cubriendo mi boca al instante.

Estaba sudando frío, con el corazón en la garganta y temblando. Los recuerdos de aquella noche me afectaron más de lo que deberían. Respiré agitadamente mientras mis manos temblorosas trataban de calmar mis lágrimas que caían sin consuelo alguno.

-fue mi culpa... -susurré- lo siento, lo siento, lo siento... -me disculpe a la nada misma mientras cubría mis ojos y agachaba la mirada- lo siento...

No solía tener pesadillas tan frecuentes, solo las tuve los primeros meses, luego pensé que habían desaparecido, pero es uno de los castigos que tengo por haber ocasionado ese accidente.

Nunca más volveré a quejarme de algo.

Eran las siete de la mañana cuando miré mi móvil, tenía unas cuantas notificaciones de algunas aplicaciones, las cuales borré al instante.

Calmando mi respiración y lágrimas, me levanté hacia la cocina. Una vez allí saqué un vaso de agua, sirviéndome un poco junto con azúcar, mi madre decía que esto ayudaba a calmar los nervios.

Decidí ir a la habitación de mi padre una vez terminé de tomar agua, recordaba que últimamente había estado llegando muy tarde, ni yo lo sentía. Abrí la puerta de su cuarto, él estaba tirado en su cama junto con la ropa del trabajo, como si hubiese llegado solo a lanzarse a la cama. Esta agotado.

Sin poder evitarlo, más lágrimas salieron de mis ojos. Cerré su puerta y me fui a mi habitación aún llorando, seríamos una familia casi perfecta y feliz si no fuera por mi culpa, ¡yo debí haber muerto, no ellos!

Me aseguré de que la alarma estuviera puesta, y cerré mis ojos tratando de dormir aún con lágrimas saliendo de mis ojos. No pude conciliar el sueño hasta lo que parecieron ser 30 o 20 minutos eternos.

Una vez me desperté nuevamente, mis ojos se sentían pesados e hinchados. Le reste importancia mientras apagaba la alarma y tomaba mi uniforme para ir a clases.

Ya eran varios días en los que había ido a cuidar a las niñas, hoy se cumplía una semana, Mitsuya seguía con esa actitud de hermano sobre protector.

Una vez fui a la ducha, decidí no mirar demasiado mi rostro para no ponerme melancólica y me di una ducha refrescante olvidando el mal rato.

Una vez estuve lista, tomé mi mochila y la tiré a un lado de la silla en la mesa en donde estaba papá leyendo el periódico como si nada.

niñera ~𝗧𝗮𝗸𝗮𝘀𝗵𝗶 𝗠𝗶𝘁𝘀𝘂𝘆𝗮 𝘅 𝗢𝗰~Donde viven las historias. Descúbrelo ahora