ｎｉｎ̃ｅｒａ ~𝗧𝗮𝗸𝗮𝘀𝗵𝗶 𝗠𝗶𝘁𝘀𝘂𝘆𝗮 𝘅 𝗢𝗰~

Capítulo 12

| Cambio |

Me desperté gracias a la alarma, me había acostado boca arriba sin si quiera haber limpiado mis heridas, por lo cual mis rodillas seguian teniendo sangre seca y olor a alcohol, en cuanto a mi rostro no lo había visto, solo sabía que había estado llorando por un buen rato.

Me levanté de manera perezosa mientras buscaba el uniforme, al menos hoy era día viernes y no tendría que ir más a clases, lo malo es que tampoco quería pasar más tiempo con mi padre después de lo ocurrido, aunque a la vez sentía que debíamos aclarar las cosas.

Salí de mi cuarto directo a la ducha, al llegar quité mi ropa y entre directamente a darme un baño rápido, el agua fría me dejaba tiritando. Al acabar de bañarme, la sangre de mis rodillas se había ido, pero ardía y sentía que algunas heridas se habían abierto. Luego de secar mi cuerpo y vestirme, la falda dejaba ver mis rodillas, a las cuales decidí prestarle atención.

Habían algunos cortes no tan graves y unos tres algo profundos, hice una mueca y limpié la sangre que estaba saliendo nuevamente para luego levantarme, me dolían, y cuando vi mi rostro en el espejo pude darme cuenta de que mi labio estaba algo roto. Fui a hacerme el desayuno una vez estaba totalmente lista y con mi cabello seco.

...hasta que recordé que no había comida.

Suspiré mientras tomaba la mochila en mis hombros y me acercaba a la puerta del cuarto de mi padre, miré hacia abajo queriendo golpear su puerta, una parte de mi quería ir con él y decirle que habláramos bien las cosas, que todo podía llegar a solucionarse.

Pero decidí que lo mejor era no molestarlo.

~•••~

Cuando las clases acabaron, fui a casa de Takashi en el autobús, para mi suerte la madre de las niñas al estar tan apresurada no notó mis rodillas o labio roto, así que se fue sin darme muchas indicaciones mientras yo me colocaba en la cocina, las niñas por suerte estaban jugando entre ellas mientras veian una película y reían, yo las observaba desde la cocina.

-¿tienen hambre? -pregunté amablemente.

-¡no Eva gracias! -gritó Mana con su voz de bebé, reí por aquel acto tan tierno a mi parecer.

Aprovechando que estaban concentradas, comencé a hacer la leche de Mana y viendo que cosas les podía hacer para cenar, cuando llegase Takashi le preguntaría si podía comer con ellos, tenía hambre y tal vez podría explicarle la situación, no quería sonar aprovechada de ellos o algo así.

Las horas pasaron rápido entre risas por parte de las niñas, la hora de la leche de Mana llegó y al terminarla se durmió, así que la llevé a su cuarto para luego volver a la sala.

-Eva, ¿podrías ponerme una...? -Luna ahogó un grito cubriendo su rostro- ¿¡qué le pasó a tus rodillas!?

Ay no... no quería preocupar a una niña tan pequeña.

-¡nada! Me caí en la escuela, un golpe feo, ¿verdad? -me agaché a su altura disimulando el dolor- pero oye, no me duele. -le sonreí tocando su nariz.

-me había asustado. -rió.

-¿que necesitas entonces pequeña Luna?

-me gustaría poner una película en la televisión, ¿me ayudas?

-claro.