Capítulo 22

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5 MESES DESPUÉS...

Los meses pasaron la paz y la tranquilidad en Edimburgo prevalecían, no hubo avistamientos de ningún enemigo o amenaza, ni siquiera hubo señal alguna de Walter y todos supusieron que se había escapado a algún otro país, entonces dejaron el asunto de lado con la esperanza de que jamás lo volverían a ver.

Mientras tanto Sofía tenía ya 9 meses de embarazo y sólo quedaba esperar a que el bebé quisiera nacer, sólo deseaba que no fuera en el lugar más inesperado pero su deseo no iba a ser realidad en su más sincera opinión y perspectiva. Vistiendo un vestido gris con mangas cortas a la altura de la rodilla, suelto de la cintura y de la falda mostrando su evidente embarazo y llevaba puestos unos tenis negros casuales. Su cabello estaba atado en una sencilla coleta de cabello un poco suelta dejando sueltos unos cuantos mechones cortos en su frente.

Ella estaba en la tranquilidad de la habitación de su bebé recién decorada dándole los últimos toques poniendo algunos cojines blancos y beige, y mantas de color blanco en la cuna que era madera color ocre.

Miró la habitación satisfecha por los colores que había elegido, las paredes eran blancas con varios dibujos de animales y sobretodo de lobos, sonrió orgullosa de su trabajo y tomó asiento en la silla mecedora de madera que estaba detrás de ella. Al sentarse pudo respirar aliviada al ya no tener que estar de pie más tiempo.

Los pies, la espalda, las piernas, todo en su cuerpo le molestaba, ya no podía esperar la hora en la que ya naciera de una buena vez el bebé, pero por otro lado estaba emocionada por aquel acontecimiento aunque había escuchado historias acerca de los partos en los que la mujer le grita, le pega al marido por el intenso dolor que sufren dando a luz, maldiciéndolos, para después pedirles perdón.

En cuestión a lo sobrenatural ya fuera, vampiresa, licántropo o humana... sería prácticamente lo mismo, aunque con la única diferencia de que Sofía estaba mentalmente preparada para ello, era consciente de que el dolor sería insoportable pero eso no le importaba porque el dolor iba a valer la pena para traer al mundo a su hijo.

Mientras tanto ella pensaba en cómo se sentiría tener a su hijo en sus brazos, cómo se vería, si se parecería a ella o a Damien, incluso a ambos... era una duda que tuvo en su mente durante el embarazo pero por alguna razón extraña no podía ver cómo luciría su hijo y pensó que la magia tenía más límites de los que ella conocía, más aún tratándose del futuro.

Prefirió dejar el tema por la paz y concentrarse en dar a luz con plena tranquilidad y seguridad.

Ella suspiró pesadamente mirando su muy hinchado vientre que parecía estar a punto de explotar en cualquier momento, con ternura y tenía una cálida sonrisa en su rostro que irradiaba de felicidad absoluta.

Trató de levantarse cuando sintió el aroma de Damien aproximándose, para cuando él llegó inmediatamente le ayudó a levantarse con mucho cuidado y suavidad. Ella sonrió al verlo y mordió su labio inferior al verlo vestir una camisa blanca de botones con las mangas remangadas hacia los codos, con tres botones sin abotonar, pantalón de mezclilla y zapatos negros de vestir. Su cabello estaba un tanto desordenado y eso le gustaba ver en él.

Damien sonrió cálidamente y la miró de pies a cabeza orgulloso de ver a su esposa esperando a su primer cachorro, como tantas veces la imaginó desde el primer día que la conoció y finalmente dicho sueño se había hecho realidad.

—Sofía, sabes que no debes hacer esfuerzos, estás embarazada y a punto de dar a luz.—Sofí suspiró rendida.—Damien... estoy perfectamente bien, aunque la espalda me moleste.

La Duquesa De Edimburgo Where stories live. Discover now