Complaciendo a Papá. EN EDICIÓN.

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Durante mi infancia me la pasé preguntándome sobre que habría hecho mal para que mi padre me tratara con tanto odio. Mientras repasaba mis acciones me di cuenta que mi único error había sido no nacer como un varón. Una mujer. Eso soy. Y eso fue lo que a mí padre nunca le gustó y siempre me reprochó. Una ecografía mal hecha, eso fue lo que me arruinó. ¿Y es que, cómo le explicas a un hombre conservador, que espera con ansias ser padre de un varón, que una mujer será quien le diga papá? Solo se lo dices, sin rodeos. Pero alguien que no reconoce su error termina dificultándole la vida a alguien más.

Solo una vez me cargó. Mi madre acababa de dar a luz y me estaba dando de comer, él llegó al cuarto corriendo, estaba ansioso. No había podido estar en el parto debido a su trabajo, así que la noticia no le había llegado todavía. La manta que me envolvía era azul, pues no había suficientes mantas rosas. Cuando me cargó, dice mi madre, que sus ojos se iluminaron y sonrió cálidamente. Luego me puso un nombre. Carter.

–Tú serás mi orgullo, hijo mío.

Eso fue lo que me dijo. Y mi madre le sacó de su burbuja.

–Hija.

Me dejó caer. Literalmente. Como si le diera asco tenerme en sus brazos. Mi madre me tomó antes de que cayera al piso. Y mi padre salió del cuarto, molesto.

Aún no entiendo por qué conmigo fue así, cuando en su segundo intento, no se mostró de esa manera con Piper, mi hermana menor.

–No eres mi hija.

Esas palabras dolieron, al principio. Hubo un tiempo en que esas cuatro palabras me destruían, me quebraban. Pero pasando los años, simplemente se volvieron algo tan cotidiano y no dolían, no herían. Y es que me dejó de importar.

¿Me arrepiento? La verdad es que me hubiera gustado pasar más tiempo con mi familia, hacerlos felices, que se enorgullecieran. Pero simplemente no se puede volver el tiempo atrás. El hubiera no existe. Y eso me tomó años entenderlo. Y dejé de aferrarme.

Solo a él le aceptó.

Mi pequeño Michael.

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"No abras los labios si no estás seguro de que lo que vas a decir es más bello que el silencio"

Proverbio árabe.