Capítulo 53

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Esa conversación dejó al señor Jummyeon tan estupefacto que nunca más volvió a provocar a su querido hermano Sehun sacando el tema de nuevo; y a Sehun le satisfizo comprobar que había conseguido silenciarlo.

No tardó en llegar el día de la partida de Jummyeon y Baek, y la señora Oh no tuvo más remedio que aceptar la separación, la cual, puesto que su marido no estaba de acuerdo con ella en que fueran todos a Irlanda, probablemente duraría al menos un año.


— ¡Ay, querido Baek! —exclamó la señora Oh — ¿Cuándo volveremos a vernos? —

— ¡Cielos, no lo sé! Quizá dentro de dos o tres años. —

— Escríbeme a menudo, cariño —

— Tan a menudo como pueda. Pero ya sabes que los jóvenes casados no tienen mucho tiempo para escribir. Espero que mis hermanos me escriban. No tienen otra cosa que hacer –


La despedida del señor Jummyeon no fue más afectuosa que la de su esposo. Apenas dijo nada cuando instalaron su lecho ambulante dentro del carruaje, acompañado por unas sábanas limpias y unos tarros para alimentos.


— Es un joven tan agradable —comentó el señor Oh en cuanto la pareja salió de la casa— como siempre lo fue. Debo decir que lo prefiero en ese estado relajado –


La pérdida de su hijo hizo que la señora Oh se mostrara muy abatida durante varios días.


— A veces pienso —dijo—, que no hay nada peor que separarse de tus allegados. Te sientes perdida sin ellos –

— Es la consecuencia de casar a un hijo —respondió Sehun—. Consuélate pensando que tus otros cuatro hijos están solteros —

— Te equivocas. Baek no me abandona porque se haya casado, sino porque se da la circunstancia de que San Lázaro está muy lejos. De estar más cerca, no habría partido tan pronto –


Pero el melancólico estado en que ese acontecimiento sumió a la señora Oh no tardó en remitir, y su mente se abrió de nuevo a la agitación de la esperanza, debido a una noticia que comenzaba a circular.

El ama de llaves de Netherfield había recibido órdenes de preparar la llegada de su amo, quien llegaría dentro de un par de días para conocer a sus nuevos sirvientes, e inspeccionar los refuerzos realizados en la cocina.


La señora Oh estaba hecha un manojo de nervios. Tan pronto miraba a Yoongi sonriendo como meneaba la cabeza.


— Vaya, vaya, de modo que el señor Kim no tardará en presentarse. Aunque me tiene sin cuidado. No significa nada para nosotros, y no quiero volver a verlo. No obstante, tiene todo el derecho de ir a Netherfield, si es lo que desea. ¿Estás segura de que va a venir? —

— Desde luego —respondió la otra—

— La señora Nicholls estuvo anoche en Meryton. Al verla me acerqué para averiguar la verdad, y ella me lo confirmó. El señor Kim llegará el jueves a más tardar, o quizás el miércoles. La señora Nicholls se dirigía a la carnicería para encargar carne para el miércoles, según me dijo, y tiene tres pares de patos listos para sacrificarlos –


Al enterarse de la llegada del joven, Yoongi no pudo por menos de palidecer. Hacía muchos meses que no mencionaba su nombre a Sehun, pero ahora, en cuanto se quedaron solos, Yoongi dijo:

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