Capítulo 24

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La carta de la señorita Kim llegó, poniendo fin a las dudas. La primera frase les aseguraba de que estaban todos instalados en Londres para pasar el invierno, y concluía con el pesar de su hermano por no haber tenido tiempo de presentar sus respetos a sus amigos en Hertfordshire antes de abandonar la campiña.

Las esperanzas se habían ido al traste definitivamente; y cuando Yoongi fue capaz de leer el resto de la carta, halló escaso alivio, salvo el afecto que su autora le aseguraba que sentía por el. Los elogios dirigidos a la señorita Park ocupaban buena parte de la misiva. La señorita Kim abundó de nuevo en sus numerosas cualidades, alardeando alegremente de la creciente amistad que se había fraguado entre ellas.


Sehun, a quien Yoongi no tardó en comunicar buena parte del contenido de la carta, le escuchó con silenciosa indignación. Su corazón estaba dividido entre la preocupación por su hermano y la idea de trasladarse de inmediato a la ciudad para acabar con todos ellos.


— ¡Querido Yoongi, eres demasiado bueno! —exclamó Sehun — Tu dulzura y generosidad son auténticamente angelicales; deseas creer que todo el mundo es respetable, y te duele que yo hable de matar a alguien por el motivo que sea. No temas que me exceda, que traspase los límites de tu buena voluntad universal. Son pocas las personas por las que siento un profundo cariño, y menos las que me caen bien. Cuanto más conozco el mundo, más me desagrada; y cada zombi confirma mi convicción de que Dios nos ha abandonado como castigo por las vilezas de gente como la señorita Kim –

— Querido Sehunnie, no debes albergar esos sentimientos. Destrozarán tu vida. No tienes en cuenta la diferencia de situación y temperamento. Para alguien que habla con frecuencia de nuestro querido maestro, temo que has olvidado su sabiduría. ¿No nos enseñó a moderar nuestros sentimientos? No debemos precipitarnos en creer que alguien nos ha ofendido intencionadamente. A menudo es nuestra vanidad la que nos engaña –

— Estoy muy lejos de achacar la conducta del señor Taehyung a un intento deliberado por su parte de hacer daño — respondió Sehun — pero uno puede cometer un error y causar sufrimiento sin ofender o herir a alguien adrede. La irreflexión, la desconsideración por los sentimientos de los demás y la falta de firmeza constituyen graves ofensas contra el honor de uno –

— ¿Atribuyes su conducta a alguno de esos fallos? –

— Sí, al último. Pero si continúo, te disgustaré diciendo lo que pienso sobre unas personas a las que estimas. De modo que es mejor que me calle –

— ¿De modo que persistes en creer que sus hermanas influyen en él? –

— Estoy tan seguro de ello como para ofrecerte mi espada para que las elimines –

— Me cuesta creerlo. ¿Por qué iban a influir en él? No pueden sino desear su felicidad; y si el señor Taehyung está enamorado de mí, ningun otro puede proporcionársele –

— Tu primer postulado es falso. Las Kim pueden desear muchas otras cosas aparte de la felicidad de su hermano; quizá deseen que aumente su fortuna y su posición; quizá deseen que se case con un joven que posee la importancia que da el dinero, amistades influyentes y orgullo –

— Sin duda, sus hermanas desean que el señor Taehyung elija a la señorita Park —respondió Yoongi — pero quizá se deba a unos sentimientos más nobles de lo que supones. Conocen a su hermano desde hace mucho más tiempo que yo, por lo que es lógico que le quieran más. En todo caso, sean cuales sean los sentimientos del señor Kim, no es probable que sus hermanas se opongan a ellos. ¿Qué hermana se atrevería a hacer semejante cosa? Si creen que el señor Taehyung está enamorado de mí, no tratarán de separarnos; por más que lo intentaran, fracasarían. Con tus sospechas haces que parezca que todo el mundo se comporta de forma antinatural y perversa, y que me sienta desdichada. No me aflijas con tus ideas. No me avergüenza haberme equivocado. Deja que trate de sobrellevarlo de la mejor forma posible –


Sehun apenas pudo contener su ira; pero Yoongi era su hermano mayor, el líder de los Hermanos Oh. No tenía más remedio que obedecer. A partir de ese momento apenas volvieron a mencionar el nombre del señor Kim.


La señora Oh seguía lamentándose y dándole vueltas al hecho de que éste no regresara, y aunque no pasaba un día sin que Sehun se lo explicara con toda claridad, era poco probable que sus explicaciones lograran disipar la perplejidad de su madre. La matrona se consolaba confiando en que el señor Taehyung regresaría en verano.


El señor Oh se tomó el asunto de forma distinta.


— De modo, Sehunni — dijo un día — que he averiguado que tu hermano sufre mal de amores. La felicito. Aparte de casarse, a un chico le conviene llevarse un desengaño amoroso de vez en cuando. Le da motivos para reflexionar, y hace que destaque entre sus amigos. ¿Cuándo te tocará a ti? No creo que soportes durante mucho tiempo verte eclipsada por Yoongi. Ahora te toca a ti. En Meryton hay suficientes oficiales para decepcionar a todos los chicos de la comarca. ¿Por qué no eliges a Jummyeon? Es un joven agradable, y quizá te enseñe algo sobre los deberes conyugales de un esposo, los cuales tú, más que tus hermanos, rechazas –

— Gracias, señor, pero me conformo con ser el novio de la muerte. No todos podemos tener la suerte de Yoongi –

— Cierto —respondió el señor Oh — pero no deja de ser un consuelo pensar que, por más que un desengaño amoroso te haga sufrir, tienes una madre afectuosa que le sacará el máximo partido –

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