La estrategia

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Ese viernes en la noche Nosly y Arinhayeth celebraron con aguardiente en la intimidad de su alcoba, instando ella embriagarlo, y viceversa. Se prodigaron besos falsos y caricias hipócritas, celosa y habilidosamente cuidándose el uno del otro. Desde esa tarde había un sabor en el ambiente que le decía a él que ella ocultaba algo; y a ella, que él lo intuía; pero, solo eso, que lo intuía. Arinhayeth estaba segura de su blindaje. Parecían dos gladiadores en lucha mental a muerte, atacando a su contrincante ahí en donde cada uno sabía que el otro era más vulnerable; además, cuidándose, los dos, de la debilidad conjunta, inherente a todo ser humano: la embriaguez, los sentimientos y las emociones, como el amor, el sexo, el placer, el susto, el miedo y la ira, que al permitir sentirlas, o dejarlas invadir el cuerpo, dejan al descubierto, sin importar blindaje alguno, al menos por fracciones de segundos, canales de penetración que para un buen explorador mental, como lo eran ellos, son suficientes para obtener información que se tiene guardada, como un tesoro, así sea en los putrefactos confines de la mente.

Se dijeron elaboradas, con gran refinamiento de engaño, palabras de amor y esperanza. Hicieron el amor con intensidad, primero de forma mental, incluyendo una variante atrevida y hasta ahora no practicada por Nosly, pero que la sorprendió y del todo no le desagradó: un trío sexual. Él le proyectó una hermosa rubia, fantasía sexual de Nosly, quien, frente a ella, le hizo el amor a él. Luego, le trajo un cincuentón moreno, muy elegante, de un metro ochenta de estatura, bien parecido, hablado y dotado; atlético, perfumado y de poblado pecho. Fantasía y debilidad sexual de Arinhayeth, pero que a diferencia de Nosly, ella ya la había realizado, en la vida real, en tres anteriores oportunidades. La proyección procedió a hacerle el amor de manera intensa, prolongada y plena, hasta dejarla exhausta.

Al volver a la realidad, lo hicieron de manera física, y, como siempre, ella arriba. Esta vez Nosly respondió con el mismo vigor de hacía doce años cuando se conocieron. Logró robarle, aunque ella hizo ingentes esfuerzos físicos y mentales para evitarlos o simularlos, tres estrepitosos orgasmos, en hora y media, lo que hizo que durante esos veinte, dieciséis y catorce segundos que duró cada uno, respectivamente, al parecer Arinhayeth descuidó, por momentos, sus flancos mentales, permitiéndole a él entrar con sutileza, como un experimentado y sigiloso ladrón, sin que ella lo notara, al parecer, y hospedarle una especie de micro visor remoto, un espía mental que solo se activaría en el momento que Nosly lo dispusiera, si era que ella no lo percibía y lo desactivaba antes. Visor remoto para cuando Arinhayeth volviera a blindar, segundos después de la emoción y el placer, esa parte de su mente que Nosly detectó y verificó que se hallaba en esa condición de blindaje, precisamente durante las fantasías mentales y orgasmos a los que la sometió esa noche al calor del aguardiente. De esa forma, lo planeó Nosly, tendría una punta de lanza para comenzar un trabajo de exploración, nada fácil, hasta ahora no realizado, siendo esto lo único que le volvería, o quitaría, su tranquilidad. Esperaba, necesitaba averiguar lo que estaba pasando.

Aunque Nosly lo presagiaba, o tal vez lo sabía, no le convenía, o no debía averiguarlo.

Podría decirse que Nosly, esa noche, anotó el primer tanto, y ella, mejor aún para él, no se dio cuenta.

Su mente, en esa oportunidad, también escondió un sentimiento hecho prosa, el cual nació del fondo de su alma y que solo se lo comunicó a Arinhayeth, allá, ese día, al final de los adioses olvidados, cuando ya nada entre ellos se podía interponer:

"¡Eres como el ocaso! Bella, exótica, lejana y queda. Cada tarde diferente. Arrebol que pregona el frío agónico de los olvidos. Víctima ineludible, pero reiterativa, de las sombras fatales de la noche que lo devoran todo...

¡Eres como el ocaso! Ahíncas la esencia del poeta herido, desgranándole de su atormentada alma ensangrentados versos que transpiran tragedias de dolor intenso que con nada calma.

Con derrotero inciertoTahanan ng mga kuwento. Tumuklas ngayon