Ambitious | DioJona AU (omegaverse)

2. Ponche de frutas

Este capítulo está dedicado a VaLiaspears. Gracias por el apoyo en el capítulo anterior, me motivas a seguir con este intento de historia <3

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Ese alfa que hacía que su corazón latiera rápidamente; aquel de dorados y sedosos cabellos cuál suaves rayos de sol en el amanecer, aquel de preciosas y detalladas joyas ámbar que llevaba como ojos que se adornaban con unas largas y brillantes pestañas miel, aquel de hombros fuertes y anchos, con una piel tan pálida y hermosa en un fino color perla. Ese alfa hacia que las piernas de Jonathan Joestar se movieran por si solas hasta el lugar del encuentro.

Ansiaba verlo una vez más.

Deseaba poder tocar esas grandes y suaves manos, entrelazar sus dedos con los de él.

Soñaba despierto con verlo sonreír sinceramente hacia él, no esa sonrisa de superioridad que mostraba frente a los que lo rodeaban. Una expresión real y verdadera, que mostrara su interior.

Añoraba conocerlo y llegar a tocar ese corazón del hombre que lo había hechizado. Deseaba tocar esos dorados rizos y rectificar su suavidad por el mismo.

Ciertamente, lo idolatraba en secreto desde el día que lo vió enfurecido en ese banco. Temía acercarse demasiado debido al temperamento del alfa, por eso lo observaba a la distancia pensando en cómo era el interior de ese hombre y que es lo que lo había lastimado tanto para tener esa actitud en público.

Porque sí, Jonathan sabía que el estaba severamente lastimado, podía verlo en esos ojos ámbar tan fríos que podían alejar a cualquiera que se atreviera a acercarse a su dueño. Le intriga a saber quién o qué fué lo que lo hirió hasta tal punto.

Estaba, ciertamente, fascinado por ese rubio. No había muchas cosas más en su mente además de ese hombre que había captado completamente su atención.

Pero ¿por qué lo pensaba tanto? Ni siquiera se conocían y las únicas palabras que habían cruzado antes solo fueron por un accidente. Nada muy elaborado

Jonathan iba a descubrir que era lo que realmente quería de ese alfa.

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Esperaba ansioso la noche, ese sería el día. Su estómago se revolvía y se ponía algo nervioso, en verdad se encontraba bastante intrigado desde que pensó en sí el rubio iría a la fiesta.

No podía evitar verlo en sueños y sentirse algo intimidado por esto, en sus sueños se mostraba frívolo y sin ningún sentimiento amable que demostrar pero debajo de ese rudo rostro se encontraba un joven de hermosos sentimientos y una sonrisa llena de alegría. Sus ojos apagados se llenaban de sol cuándo se miraban frente a frente y un rayo de luz atravesaba los corazones de ambos.

"Qué cursi" Pensó riendo levemente avergonzado mientras hacía su mochila para la universidad, estaba demasiado ansioso. Tenía un buen presentimiento desde muy temprano, una sonrisa lo había levantado junto al sol.

Rápidamente corrió por el desayuno y, despidiéndose de manera apresurada hacia su padre, salió de su casa caminando felizmente hacia la universidad, saludaba a sus vecinos más alegre de lo normal mientras sonreía de forma ansiosa y sincera. El camino a la universidad estaba tranquilo y muy agradable, cuando llegó pudo ver a sus compañeros entusiasmados por la fiesta de esa noche.

Probablemente su entusiasmo era poco para el Omega, sentía que su corazón iba a estallar esperando por la noche, quería que las horas pasarán cual rayo hasta la hora indicada. Su corazón y su instinto le decían algo de esa fiesta, las mariposas en su estómago señalaban lo que estos le querían decir. Algo bueno vendría, y el lo esperaba ansioso.