12. Las catarinas de primavera.

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La brisa de primavera comenzaba, las flores brotaban gustosas mostrando su belleza a los primeros rayos de sol de la temporada. La brisa de la mañana era liviana, no hacia tiritar ni sofocarse; el ambiente era pacífico fuera del gran establecimiento hospitalario.

El corría por las calles casi vacías sujentando fuertemente su relicario de cobre, poco le importaba estar vestido solo con unos pantalones deportivos y una camiseta de regalo en un sorteo junto a sus Crocs preferidas. Corría velozmente hacia ese edificio pequeño y cuestionable a la vista que yacía en medio de la cuadra.

Era temprano, por lo que no tenía más opción que ir ahí. Su amigo necesitaba de su ayuda, no se le podían poner trabas a la situación en el momento en el que se encontraban. Speedwagon, quien trató de guardar la mente fría para el momento, ahora se encontraba desesperado y apurado; Jonathan Joestar, su mejor amigo de toda la vida y la persona más importante para él de la cicatriz, estaba en labor de parto desde altas horas de la madrugada.

El momento era crítico desde hace ya varias horas. No era simplemente el estrés del parto, sino que este se había dado antes de tiempo; demasiado temprano para el bebé de un Omega dominante.

Según los médicos, el parto adelantado se había dado debido a la decadencia física de Jonathan y el trato que había tenido en los primeros meses. Su cuerpo la había pasado muy mal y ahora se la estaba cobrando.

Era un milagro el hecho de que siguiera vivo a pesar de la ida del Alfa, la fuerza de voluntad del Omega era impresionante. Pero no pudo seguir por mucho, su cuerpo no resistió por mucho más que tres meses y medio. Se encontraba bastante deteriorado desde hace tiempo, después de todo.

En desesperación, el rubio de cabellos largos subió rápido las escaleras del edificio, yéndose casi de cabeza en repetidas ocasiones. Su mente no daba para mucho, menos para preocuparse por subir cuidadosamente las escaleras del disminuído edificio; al llegar al esperado piso sintió una especie de deja vú, recordando aquella vez en la que había encontrado a Jonathan en deplorables condiciones y habían tenido que internarlo, justo antes de que le anunciaran el embarazo.

Mientras se acercaba a la puerta del apartamento sintió como todo había cambiado drásticamente en su mundo sin que lo notara. Cómo todo se transformó repentinamente y su historia con el Omega dió un giro inesperado y dramático. La nostalgia comenzaba a invadir su corazón, recordando cómo ambos pasaron muchas tardes juntos, charlando de problemas triviales adolescentes. Recordaba las veces en las que el de zafiros reía con el, sonreían sin preocupaciones.

Rápidamente salió de su trance cuando vió la puerta de ese sombrío apartamento medio abierta, sintió ligeramente un aire pesado en cuanto se acercó a revisar la perilla. No sabía cómo distinguirlo muy bien, pero había experimentado ese sentimiento de pesadez antes.

Eran feromonas fuertes de alfa.

Y, por un momento, su mente le había dado la imagen exacta de la persona que podría haber entrado al lugar. No quería creerlo, negaba mientras se acercaba con cautela y extendía su brazo para abrir la entrada.

Todo se veía tal cual lo había dejado Jonathan; los muebles de la sala comedor arreglados de manera prolija, la cocina limpia con ligeros toques de polvo en las encimeras por el dejo de su uso, las cortinas cerradas de par en par con la mesa de café junto a ellas, sobre esta solo se veían tres tallos sin espinas de lo que alguna vez fueron hermosas rosas, sus pétalos negros y marchitos se encontraban por la mesa enroscados y secos, flores que esperaron como el que las puso en ese jarrón pequeño de color beige a qué un día un alfa regresara a ese lugar. Mientras negaba ligeramente por la pena de ver lo que iba a ser la tumba de su mejor amigo, escuchó un ligero ruido proveniente de la única habitación del lugar.

Ambitious | DioJona AU (omegaverse)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora