Preguntando a sus colegas; revisó los baños, pasillos, oficinas y por último la sala de conferencias; ella no tuvo éxito. Suspirando, meditó; la zona restante a su búsqueda era el estudio donde los escritores impartían charlas privadas, por lo tanto ahí deberían estar. La cuestión era; ¿qué estarían haciendo sus dos amigas allí?

Su pregunta sería respondida muy pronto.

A medida que se acercaba al lugar, creyó escuchar murmullos y quejidos. Camila frunció el ceño al deparar en la puerta entreabriera y, sin anunciarse ni tocar, tomó la manilla y asomó la cabeza diciendo.

—¿Hay alguien aqu...

Pero no consiguió terminar la oración. Camila, pasmada, se encontró momentáneamente sin habla a causa de la escena frente a sus ojos.

Dinah, cuya falda había desaparecido, se hallaba encima del escritorio con las manos apoyadas en la cabellera dorada entre sus piernas. Cuando escuchó la voz familiar, sobresaltada hizo un rápido movimiento en el que apartó a Ally de su coño causando que ésta cayera estrepitosamente contra el suelo de madera.

—¡Oh, Santo Cielo¡—exclamó Camila; volviéndose velozmente, cerró la puerta y huyó de ahi.

Negando con la cabeza, Camila cubrió su boca con notable impresión. Luego de unos minutos, el impacto emocional previo, dio paso a un efecto tardío de risa.

Cuando llegó de nuevo a la caja, había logrado reprimir las carcajadas. Negó con la cabeza una vez más y, sin alzar la vista comenzó a registrar a la persona frente a ella.

Ella lo suponía, pero el escepticismo de lo improbable del caso, le impedía creerlo de una buena vez. Sus dos mejores amigas se estaban acostando a sus espaldas; no era relevante, pero sí, el hecho de habérselo ocultado. No estaba furiosa, quizás un tanto molesta por la poca confianza que sus amigas le tenían.

Camila suspiró, tal vez ellas solo estaban esperando el momento adecuado para contárselo, pero entonces ¿cuándo sería eso? ¿una vez las encontrara en tan comprometedora  situación, como ahora? Ella volvió a negar, sonrío y preguntó todavía con la mirada clavada en el teclado.

—¿Efectivo o crédito?

—Crédito.—respondió una voz profunda a su lado.

Inmersa en sus pensamientos, Camila trabajaba en automático.

—ID, nombre y número de cuenta, por favor.

—36570346; cuenta corriente 3537-845782-16, firma...—tras un breve instante de duda, la voz femenina completó—, Lauren Jauregui.

Instintivamente, Camila detuvo sus movimientos; parpadeó por unos segundos antes de alzar la vista sin creer tropezar cara a cara con la misma mujer cuya foto aún conservaba en su computador. Mordió su labio, repriendo un grito de sorpresa.

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Desnuda Tú Alma (Camren G!P)©Where stories live. Discover now