20|Quizá Te amo I

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La noche se asoma en mi habitación mientras me remuevo buscando enredarme entre los brazos de Elaine, quien duerme a mi lado

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La noche se asoma en mi habitación mientras me remuevo buscando enredarme entre los brazos de Elaine, quien duerme a mi lado. Palpo las sábanas buscando su calor, pero lo único que encuentro es el frío de las sábanas vacías y la almohada que la sustituye. Suelto un suspiro ante la misma sensación de angustia que empezaba a experimentar desde que ella y yo comenzamos a dormir juntos.

Pasaron dos días desde que estábamos con mi familia en Burdeos, realmente los había extrañado. Desde que Elaine y yo formalizamos nuestra relación todo parecía encajar en su lugar, no hay nada mejor que despertar y verla sonreír al verme a su lado.

Vislumbro su cuerpo en la silla del escritorio arropado entre una sábana gris que cubre sus hombros, el aroma a café inunda ligeramente la habitación, entre tanto, Elaine escribe en la computadora.

—Por un momento pensé que habías huido —digo somnoliento abrazando su abdomen por detrás con la silla estorbando el contacto, ella da un respingo en su lugar.

—Y yo por un momento pensé que eras un fantasma que estaba listo para matarme —explica con la mano en su corazón, rió por lo asustadiza que es—. No es muy correcto de mi parte huir, aunque suena a algo que haría, ¿cierto? —sus ojos se conectan con los míos a través del espejo en frente de nosotros.

—No te dejaría hacerlo —digo descansando mi mentón en su hombro.

Su mirada parece convertirse en una de tristeza, sus ojos miel observan cada parte de mi cara como si estuviera guardando mi recuerdo una última vez en su memoria —¿Ni aunque fuera lo mejor? —cuestiona con sus ojos clavados en los míos.

—¿Lo mejor para ti? —cuestiono intentando entender el porqué de la pregunta.

—Lo mejor para los dos —asegura juntando sus labios en una fina línea.

—No creo que alejarnos nos haga bien —digo poniendo una de mis manos sobre la suya.

Asiente mordiendo su labio, susurra algo para sus adentros que no logro escuchar. A veces Elaine es tan difícil de descifrar, se guarda las cosas para ella sola y no habla conmigo, ¿acaso no confía en mí? Sacudo mi cabeza ahuyentando esos pensamientos que no son verdad.

Ella no suele dormir más de cinco horas por la noche, descubrí que aunque parecía intentarlo, cada noche entre silencio se remueve de mis brazos yéndose a fumar o simplemente manteniendo su cabeza ocupada en la escritura, como en esta ocasión. Mi corazón se apretaba en mi pecho cada vez que entre murmullos somnolientos me pedía no soltarla mientras sus manos tomaban mi playera con fuerza y su respiración se volvía errática.

Varias veces habíamos hablado de sus pesadillas, ella nunca me cuenta lo que le tortura todas las noches, aun así trataba de hacerla sentir segura. Quizá pensé que al dormir conmigo se sentiría más tranquila, pero no funcionaba y es agotador intentar hacer todo sin obtener resultados o mejoras porque no me gusta verla sufrir por ello. También, hablamos sobre las pastillas para dormir, ella confesó que tuvo una dependencia hacia ellas hace muchos años atrás, que ya superó.

Lonely EyesWhere stories live. Discover now