2|Sus ojos

1.7K 272 78
                                    

Paso la mano sobre mi cabello quitando los mechones rubios que se cruzan por mi rostro dificultando la vista

Oops! This image does not follow our content guidelines. To continue publishing, please remove it or upload a different image.

Paso la mano sobre mi cabello quitando los mechones rubios que se cruzan por mi rostro dificultando la vista. Me encuentro frustrado, la inspiración jamás había sido un problema para mí y justo ahora cuando tengo que entregar un proyecto para la universidad dentro de pocos días y decide desaparecer de la nada. Ni siquiera logré concentrarme en clase, aunque claro, Jerome me miro confundido cuando se lo conté, su respuesta fue:

«¿No te pasa seguido? Siempre termino perdiéndome de lo que el profesor está diciendo en clase».

Mi mejor amigo es bastante despreocupado con respecto a la escuela, a pesar de que al final logra pasar sus materias, quizá no con diez, pero al final pasaba. Al contrario de mí, trato que todos mis trabajos sean lo suficientemente buenos para pasar, después de todo una beca no es fácil de mantener.

El arte no es sobre perfección, es sobre la hermosura y sentido que tú encuentras en ella.

Lo sabía perfectamente, así que intento dar lo mejor de mí en cada trazo y es por eso que me encuentro molesto conmigo mismo, además me quedan pocos días y no había empezado.

Así que decidí ir al Museo de Rosay, está repleto de pinturas y esculturas que esconden historia detrás de ellas, es como mi centro de inspiración. Jerome y yo lo visitamos durante una pequeña excursión de la escuela, nos alejamos de los demás estudiantes para husmear partes a las que el guía no nos llevaría, ahí descubrimos el lugar que ahora se había vuelto mi favorito. La terraza, la cual muchas personas no conocían porque tiene acceso restringido, solo personas que obtienen un cierto número de visitas logran entrar.

El cielo destella de brillo, se me había hecho más tarde de lo normal, aunque no me quejo, es de esos días favoritos en los que mientras me dirijo al museo en bicicleta, puedo disfrutar del frío tocando mi cara como una suave caricia, mientras se cuela por mi ropa, disfrutar de la vista y a la gente caminando metidos en su mundo por la calle.

Al llegar, bajo de la bicicleta y acomodo mi bolso.

—Hola muchacho, pensé que no vendrías hoy —saluda alegre Adam, el policía que cuida el museo por la noche.

—Buenas noches Adam, sabe que nunca falto a menos que esté muy ocupado —contesto y froto mis manos tratando de conseguir calor, ya que los guantes no son lo suficientemente calientes.

—Hay un poco de café por allá dentro, quizá pueda darte un poco más de calor —ofrece sonriente, entre tanto, sella una vez más mi tarjeta para entrar al museo.

—Muchas gracias, ¿usted gusta café? Siempre lo veo aquí afuera y puedo ir por uno rápido y regresar —menciono siendo cortés. Ya tiene mucho tiempo desde que conozco a Adam, fue a partir de que dejé mi ciudad para estudiar en esta.

—No, no te preocupes por mí, ya han arreglado la calefacción de la cabina —dice agitando las manos y dándole una mirada rápida a la cabina que está al lado de él —. Mejor entra tú porque hace más frío aquí afuera.

Lonely EyesWhere stories live. Discover now