Elaine es una escritora que se esconde en el mundo del anonimato, las letras fueron lo único que le quedaron después de esa trágica noche que ella lucha por olvidar.
Deneb es un estudiante de arte que sueña en algún día convertirse en uno de los má...
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Me había resfriado.
Llevo cinco días en la cama con gripe y estornudos espantosos, sabía que mojarme durante toda la noche bajo la lluvia con el frío que ahora hace en París no resultaría en nada bueno. A pesar de eso, valió la pena cada segundo, en un principio pensé que después de encontrarme con Elaine en el museo ya no volvería a verla jamás, pero parece que con cada alejamiento solo nos acercamos más.
No he visto a Elaine en estos cinco días, me hubiera gustado explicarle el porqué no había vuelto, aunque quizá ella ni siquiera se había inmutado. Desde esa noche se siente diferente estar con ella, es extraño intentar describir la sensación, probablemente es una locura porque somos perfectos desconocidos.
Mi universidad solo me dio permiso de faltar, pero claramente tendría que ponerme al corriente y entregar todo lo que no hice en esos días. Hoy voy a llevar el justificante a la escuela, el doctor me receto un montón de medicinas que no saben nada agradables.
Jerome fue de chismoso a contarle a su mamá sobre mi resfriado, ella nos mando mil recetas naturistas, junto a un montón de pomadas y días enteros de caldo de pollo.
Él es mexicano, aunque podría pasar desapercibido como un chico asiático, toda la familia de parte de su padre es coreana y su madre mexicana. Jerome creció en México, por lo cual, hay veces que sus costumbres se hacen notar en el departamento, desde sus festividades o su música, a pesar de que suele hacer muchas cosas coreanas.
Como por ejemplo, hoy que me desperté escuche la música que siempre pone para hacer limpieza, ya que hoy le tocaba a él, la primera vez que lo vi bailando mientras hacía la limpieza fue tan raro. Me reí de él en su momento, pero ya me había acostumbrado, no podía esperar que vivir con un músico no fuera de esa forma.
Por mi parte, soy totalmente francés, crecí y viví aquí toda mi vida, no tengo planes de irme a otro país porque siempre me he imagino aquí y aún no estoy seguro si me iría si tuviera alguna oportunidad. Nos conocimos hasta que rentamos el departamento, lo renté sabiendo que tendría que vivir con un roomie, después nos enteramos que íbamos a la misma universidad.
Con él aprendí un poco de español, por un año entero, le pedí que me enseñara el idioma y que me hablara en español todos los días, no me costaba aprender nuevos idiomas y aunque mi español no es perfecto puedo entender perfectamente. Aparte también lo aprendí porque Jerome siempre hablaba en español para burlarse de que no entendía, como siempre nuestra amistad se basa en eso.
Cuando él llegó a París ya sabía hablar francés, pero aún así lo apoye a mejorarlo.
Mi conocimiento en varios idiomas ayudó mucho a que me dieran mayor beca, además me dará la oportunidad de irme de intercambio a un país que yo escoja.
El olor a detergentes inundó mis fosas nasales una vez que salí de mi habitación, arrugue mi nariz por el olor tan fuerte.
—¡Hey! Hasta que sales —saludo Jerome recargándose en el trapeador. Se acerco a bajar el volumen de la música y se amarro el cabello que le estorba en la cara.
