Eres la mejor decisión que he tomado

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–Qué romántica– dijo riendo.

–Me sorprendí– añadí y Katie me dio una taza de té –Gracias– me besó –Lyra, a tu habitación– todas me miraron confundidas –Le diré a tu tía Chyler que venga, así que enciérrate para que no te mate– se rieron y saqué mi celular para llamarla.


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–No puedo creer que Lena haya terminado con Lexa por no decirle que Kara era Supergirl– dijo nuestra hija y reí.

–Me siento herida, aún actuando es difícil no ponerme a llorar cuando me grita así– mi esposa se rió.

–Me cuesta mucho– besó mi mejilla y escuchamos el timbre –Llegó la pizza– sonreí mientras Lyra fue a buscar los platos y Katie fue a recibirlas. Me sirvieron y cubrí mi boca alejando el trozo de pizza –¿Qué pasa?– me levanté y corrí al baño.

–¡Mami!– Lyra vino conmigo y me ayudó a afirmar mi cabello. Al terminar limpié mi boca y la pequeña se quedó acariciando mi espalda.

–Saca...saca las pizzas de la casa– hizo un puchero –Voy a vomitar de nuevo si siento el olor– asintió y fue con Katie. Volví a la sala y Katie me dio un suave beso.

–¿Qué quieres comer?– me quejé abrazándola.

–Quiero...papas fritas– sonrió.

–¿Te pido un poco?– asentí.

–¿Y Lyra?– apuntó la ventana y la pequeña estaba sentada en la banca del patio comiéndose las pizzas. Nos reímos y volvimos al sofá, me acurruqué sobre ella y llevó sus manos a mi vientre para acariciarme.

–No pensé que comenzarían tan pronto las nauseas y vómitos– escondí mi rostro en su cuello –Mi amor...sé que te enojarás, pero debo decirte que no cumpliré todos tus antojos, no si la mayoría son de comida chatarra– me quejé y salí de su cuello para mirarla –Amo verte feliz, pero tu salud y la del bebé son muy importantes, así que deberás comer más saludable– suspiré.

–Sí...lo sé– besó mi mejilla y me miró preocupada cuando comencé a llorar.

–Mi amor...– la miré.

–Yo quería pizza– se le escapó una carcajada y la miré mal –Yo estoy sufriendo y tú te ríes– negó –Suéltame– suspiró cuando me levanté del sofá para sentarme lejos de ella.

–Mi amor, no me estaba riendo de tu sufrimiento– me crucé de brazos y limpié mis lágrimas.

–¿Pediste las papas fritas?– negó y sacó su celular –¿Ya no me amas?– mordió su labio para no reír.

–Te amo cada día más, cariño– sonreí mirando a la pantalla, luego comencé a llorar de nuevo y se sentó a mi lado –¿Qué pasa?– suspiré.

–No sé– comenzamos a reírnos.

–Mami– miré a Lyra –¿Puedo guardar un pedazo de pizza? No quiero botarla– asentí y sonrió feliz para ir a guardarla. Katie pidió más comida y luego me miró.

–Leí varios libros sobre el embarazo– llevó una mano a mi vientre –Y cada trimestre tiene lo suyo, pero en cuanto al desbalance emocional, el primero es el más difícil, porque sufres un cambio hormonal brusco– suspiré –Es normal que sientas confusión y no puedas reconocer tus sentimientos...yo te entenderé menos, pero voy a hacer lo posible por ayudarte a superar esto bien– sonreí.

–Gracias– la besé –¿Dónde pediste las papas?– pregunté.

–En McDonald's– pensé un instante.

Lugar de paz -KATIE MCGRATH Y TÚ-Onde histórias criam vida. Descubra agora