Quiero mi venganza

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Narras tú

Sentí caricias en mi rostro y lentamente abrí mis ojos, Katie me sonrió y le correspondí.

–¿Cómo estás?– me iba a girar para responderle y sentí un fuerte dolor en casi todo el cuerpo.

–Katie...creo que me rompiste algo– se rió –Mi amor, hablo en serio– frunció el ceño de inmediato y se levantó para vestirse.

–¿Qué te duele?– me ayudó a sentarme y mi pierna derecha dolió demasiado.

–La pierna– dije apuntándola y luego sentí una clavada –Ay no...me duele el...– comencé a reír y mi vientre también dolió –Te tomaste muy lo de darme duro– me recosté para aliviar un poco el dolor.

–_____...lo siento– vi que sus ojos estaban levemente llorosos.

–No no, mi amor– se sentó a mi lado –Estuvo increíble, dejaría que lo hicieras nuevamente– sonrió –No creo que pueda caminar– se rió.

–¿Esta vez literalmente te dejé en silla de ruedas?– asentí y me besó –Iré a comprar algo para el dolor, espérame aquí– me reí.

–Como si pudiera moverme para ir a otro lugar– se rió mientras miraba mi cuerpo.

–Amor...Creo que esta vez sí me pasé– fruncí mi ceño –Tus muñecas están poniéndose moradas por las esposas, tus tobillos también, tu cuello tiene hematomas por lo fuerte que te ahorqué, todo tu cuerpo tiene marcas y...estás hecha un desastre– suspiré.

–Pero las risas no faltaron– dije sonriendo –No te sientas mal, yo debía decidir cuando detenernos y lo hice cuando de verdad sentía que me iba a desmayar, debí hacerlo antes– tomó su bolso.

–Intentaré no demorarme– me besó –Te amo– fue hacia el mueble.

–Te amo– me entregó mi celular.

–Llámame si te sientes muy mal, te llevaré al hospital si sigues con mucho dolor– negué de inmediato –Amor...– volví a negar.

–Si me reconocen todos van a saber que soy tan pasiva que me dejaste en silla de ruedas– se rió –Solo iré si es estrictamente necesario, pero me siento bien, no tendremos que ir– dije decidida.

———

–¿Qué clase de semental eres?– escuché a su hermano.

–Cállate y ayúdame– cubrí mi rostro por lo sonrojada que estaba y suspiré.

–¿Esto es necesario?– dijo él.

–Me demoré casi una hora en vestirla porque se quejaba demasiado por el dolor– los sentí a mi lado.

–Mi dignidad ya no existe– dije y rieron.

–Mi amor, la perdiste hace tiempo– me reí pero el dolor en mi abdomen me hizo arrepentirme de inmediato –Ahora te vamos a levantar– lo hicieron y me quejé, me sentaron en la silla y mordí mi mano para no gritar.

–¿Estás bien?– dijo su hermano riéndose y Katie le dio un golpe en la cabeza.

–Espérame abajo, lleva eso– dijo apuntando las bolsas y las tomó para luego irse –¿Te duele mucho?– asentí.

–Creo que fue demasiado para ser la primera vez– acarició mi mejilla –Quiero mi venganza– rió.

–Podrás vengarte cuando puedas dar al menos un paso sin quejarte– me besó –Pero no creo que seas capaz de dejarme en silla de ruedas, soy más potente– fruncí mi ceño.

Lugar de paz -KATIE MCGRATH Y TÚ-Where stories live. Discover now