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hola! siento la tardanza, he tenido algunos bajones emocionales, pero eso no justifica que no tenga cap, asi que les dejo esta continuacion :3 


Capítulo 25

El mundo de las armas sirvientes no era lo que yo imaginaba. Había pensado que sería algo así como un infierno lleno de volcanes en erupción, terremotos y meteoritos en el cielo. Sin embargo, estaba bastante alejado de eso.

Aparecimos en lo alto de un acantilado, con la luz de dos inmensas lunas rojas coronando el cielo y un bosque frondoso a nuestros pies, que se extendía hasta donde alcanzaba la vista. No parecía haber mucha diferencia con nuestro hogar, salvo que, de vez en cuando, pequeños portales de luz se abrían de la nada y luego se cerraban, produciendo un trueno y un estallido de energía.

—Son armas que van con sus portadores —dijo Envy.

—Aquí naciste ¿eh?

—Sí —apoyó la cabeza sobre mi hombro, como si estuviera melancólica—. Qué recuerdos.

—Ya, linda —la sujeté de ambas manos y me incliné sobre ella para comérmela a besos. Me encantaba sentir su lengua jugando con la mía y sus risitas mientras la devoraba. Sus manos se aferraron a mi trasero y empezó a acariciarlo con ganas—. Oye ¿de verdad tienes ansias de mí?

—No es momento —rió ella, traviesa—. Pero sí. Me encantó todo lo que me hiciste. Hay que repetirlo ¿verdad?

—Claro—le di besitos en la frente—. Me siento muy unida a ti. Noto tu felicidad.

—Me encanta que lo sepas. Ahora, hay que darse prisa.

—¿Cómo daremos con ella?

—Iremos con la Matriarca.

—¿La qué?

Antes de que pudiera decir algo, Envy tomó mi mano y se lanzó conmigo del precipicio. Creí que caería a mi muerte, pero en vez de eso, las dos nos pusimos a volar. Y no era yo quien hacía ese esfuerzo, sino ella. Me estaba llevando como una pluma por encima del frondoso bosque. El aire frío acariciaba mi rostro y los ecos de los truenos los sentía sobre la piel. Alguien, en alguna parte de los siete infiernos, acababa de recibir a su arma sirviente.

—¿Qué es eso de la matriarca?

—La que nos crea, por supuesto. Todas las armas hemos sido creadas a partir de ella, pero sólo las de clase orgánica tenemos consciencia de quién es.

No quise preguntar más para no hacerme líos en la cabeza, así que dejé que fuera Envy quien me guiara. Sujeté su mano con fuerza y eso provocó que ella me mirara. Su sonrisa me encandiló el corazón y recordé cómo nos habíamos divertido haciéndolo en esa vieja cabaña, al lado de mi madre y de Meredy. Me pregunto si habría forma de repetirlo.

Nos acercamos a una montaña. En la ladera había un santuario esculpido en la superficie. Poseía grandiosas columnas y una entrada resguardada por una pareja vigilantes armados con lanzas y alas demoniacas. Sus rostros no estaban a la vista, pues quedaban ocultos bajo yelmos ornamentados que mostraban sus ojos resplandecientes de rojo.

—Vine a ver a la matriarca. Soy Envy.

Los guardianes se miraron entre sí y, tras hablarse en pensamientos, se hicieron a un lado y nos dejaron pasar. Sin embargo, nos siguieron de cerca hasta que aterrizamos entre dos orondas columnas adornadas con toda clase de relieves. Un enorme candelabro colgaba del techo, iluminado por pequeñas criaturas con alas que parecían mariposas.

[Terminado ]Lujuria Demoniaca [Lésbico]Where stories live. Discover now