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Capítulo 5

En algún lugar del Segundo infierno...

Se reunieron alrededor de un altar circular, con símbolos de antigua magia oscura destellando sobre el suelo. Eran cinco de ellos, todos distintos por fuera pero iguales en su interior, en la oscuridad que reinaba en sus corazones.

—Ya veo —dijo el demonio Gail Drach—. Entonces no estaba sola ¿verdad?

—Sí —respondió Darren—. Estuve cerca de capturar a la Princesa de las Sombras, pero la intervención de otros demonios no me dejó llevar a cabo mi misión.

Darren se puso de rodillas y apoyó un puño sobre el suelo mientras bajaba la cabeza.

—¿Y qué pasa con eso? —Se burló una chica que estaba a su derecha—. ¿Es que no pudiste contra esas basuras del Segundo Infierno?

—No debemos subestimar sus poderes, Meredy —dijo Darren y miró a su compañera con estoicismo—. Aunque no lo creas, son varios demonios de otros infiernos los que han emigrado a niveles superiores. No todos son necesariamente débiles.

—Yo hubiera acabado con ellos sin rechistar —la chica bufó—. Debí ser yo la encargada de esa misión ¿no lo cree, señor Gail?

—Ambos tienen razón, Meredy y Darren —aceptó el líder de Luna Roja—, pero hay que ser cuidadosos. Si enfurecemos a la Princesa de las Sombras, no sabemos qué podría suceder con su poder interno. No hay que correr riesgos y no cometeremos el mismo error otra vez.

—¿Y entonces? —Preguntó otro demonio con la capucha ocultando su rostro.

—Si Meredy está tan confiada en que puede capturar a Cinder, entonces le dejaré a ella el trabajo.

Al escuchar esto, la cara de Darren se frunció de fastidio. Era obvio que entre él y Meredy había una clara enemistad y que ella lo fuera a remplazar, no le gustaba en lo absoluto.

—Estoy de acuerdo —dijo Meredy y se acercó al brillante círculo de magia maldita. Tenía la apariencia de una chica de catorce años, con el cabello largo y rubio atado en dos coletas y un vestido apretado y de color azul, con una faja de calaveras alrededor de la cintura—. ¡Je, je! Sólo necesito el nombre del ser que invocó a Cinder y me haré cargo de ella.

—¿Qué planes tienes? —Preguntó Darren—. Buscamos a la Princesa de las Sombras, no a su invocadora.

—Tu misión ya terminó, estúpido. Deja que yo me haga cargo. Y si te metes en mis planes, te enviaré al vacío ¿entiendes?

—Ya basta —dijo Gail. Se asomó al círculo y la luz iluminó su rostro. Era un demonio pálido, de cabello rizado y penetrantes ojos amarillos—. Ve, Meredy. Has lo que debas hacer. Tenemos tiempo, pero no lo desperdicies. Y sobre todo, no vayas a hacer enfadar a Cinder.

—Sí, sí —dijo Meredy moviendo la mano mientras se alejaba de sus otros cuatro compañeros—. Yo sé lo que hago.

***

Academia Demoniaca Ojos del Mal

Yo siempre he pensado que el infierno es asqueroso

Yo siempre he pensado que el infierno es asqueroso. Los demonios siempre van de aquí para allá preocupados por sus propios problemas y carecen de la empatía necesaria para entender a alguien como yo. Ahí estaba, justo en medio de la pantalla y escrito en grande.

LEORA WOLFMOON: CALIFICACIÓN 0

Era la única reprobada del curso. La única chica que no había podido graduarse. Y aunque ya sabía que me faltaba algo muy importante (mi arma sirviente) supuse que me darían crédito por haberme roto el culo peleando contra un demonio como Darren.

[Terminado ]Lujuria Demoniaca [Lésbico]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora